En Deferencia a D. José María Antón Andrés

A raíz del homenaje recientemente recibido por parte de compañeros de su profesión y dada la circunstancia de haber dejado como comentario, en un periódico local, los deseos que a continuación transcribo: “Considero sería de justicia, que por quien proceda, por tener la facultad de hacerlo, se le otorgase la “Medalla de oro de la Ciudad”, así como la realización de una escultura y cuantos otros honores proceda, para que quede perpetuada su larga y nutrida labor desarrollada íntegramente en esta, de la que muchas generaciones han podido tomar nota de su aprendizaje, Pues pocos docentes en las materias desarrolladas por el, podrán tener un currículo tan abultado, por lo que considero es merecedor a cuantas distinciones se le haga, para saldar a tiempo nuestra responsabilidad con el, en vida, y que nos no pase como decía el escritor británico Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936), que nos dejó una cita en la que nos dijo: “La mediocridad, posiblemente consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”. Sin haber tenido en cuenta el escaso tiempo que permanecería a disposición del público (por ser en el digital), y limitándolo también por no figurar en el escrito, donde lo lee la mayor parte, es por lo que he considerado enviarlo para su inclusión en este último mencionado, para darle opción a una mayor acogida y difusión, ante la opinión pública y los correspondientes gobernantes posibilitadores de llevar a buen fin lo interesado, ya que es tan mecedor de lo solicitado, como a otros que así se les ha tenido en cuenta en su día.

Por su longeva vida y diversas actividades desarrolladas, es de sobra conocido en esta, por lo que no necesita de ninguna otra semblanza que lo respalde y afligido aquel que muestre descuido. Con el anhelo del que tenga el eco suficiente para que se haga realidad, lo aquí requerido, quedo atentamente.

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