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En 2018 se llevarán a cabo reformas en el Hospital Comarcal que afectarán a psiquiatría y el servicio de urgencias

Francisco Robles, director territorial del Ingesa en Melilla

El director territorial del Ingesa, Francisco Robles, considera que el gran logro de este 2017 que se acerca a su fin ha sido, sin duda, la reanudación de las obras del nuevo hospital universitario una vez superadas las cuestiones legales. En cuanto al nuevo año que se avecina, dijo que será sin duda el que traerá consigo importantes mejoras en el Hospital Comarcal, como por ejemplo el tan esperado proyecto de remodelación de urgencias, la ampliación de la planta de psiquiatría y el aumento del equipo humano. En el apartado de infraestructuras también se vaticina la construcción de un nuevo centro de salud en Cabrerizas que sustituirá el actual.

En definitiva, más de 2,5 millones de euros de incremento en el Capítulo I, que supondrán 75 nuevos puestos de trabajo en el área sanitaria -con las nuevas acciones de 2017-, una vez que se asienten en la plantilla orgánica.

Un lugar preferente lo debe de ocupar la recepción de la obra de rehabilitación del Centro de salud de Zona Este, cuya puesta en servicio se realizará a lo largo del mes de enero de 2018. Y por último, y no menos importante, es la continuidad en la mejora de los datos asistenciales, a pesar del importante peso que este año ha tenido la presión asistencial de los extranjeros.

No quiero ni puedo acabar este repaso al año sin mencionar que por fin la OPE 2016-2017, ya se va a culminar. Antes se dará un paso previo, con el concurso de movilidad, en el primer trimestre de 2018.

Por todo ello, permítame decir que es una satisfacción a nivel personal ver culminada en gran medida, una parte muy importante de los objetivos de gestión, no sólo de 2017, sino incluso de la legislatura. Con ello, este equipo directivo de INGESA, con el director Díaz Melguizo al frente, ha demostrado que merecemos seguir contando con la confianza en él y, en definitiva, en el gobierno del Partido Popular.

Por cierto, hoy no puedo dejar de afirmar que esta fase inicial ya podía estar hecha, si como se intentó por INGESA en 2012, y ante la imposibilidad de seguir con el proyecto modificado -por no haberse tramitado correcta ni oportunamente en el tiempo por los responsables en 2011-, la Unión Temporal de Empresas (U.T.E.), la adjudicataria de la obra, hubiera accedido a retomar el proyecto original; pero ya las empresas de la U.T.E. sólo tenían el interés en SU modificado, que además de extemporáneo, no contaba con el informe favorable de los técnicos de INGESA.

En cuanto a las actuaciones en el Hospital Comarcal, INGESA no ha dejado de trabajar desde 2012, tanto para su mantenimiento -cosa que el gobierno anterior no hizo, quiero pensar que pensando en que el nuevo hospital sería realidad en unos años- ; así como para actualizar los equipamientos. De ello dan fe los datos del Capítulo VI de los presupuestos de INGESA a lo largo del período 2102-2017. En esta línea hay que considerar la importante aportación de la Fundación Amancio Ortega que, en un importe que supera los 800.000 euros, va a contribuir a esa modernización de los recursos diagnósticos de nuestro hospital.

Pero tal vez lo más evidente sean las actuaciones en el plano de las infraestructuras del Hospital Comarcal, en clave de pasado reciente, y citando sólo los más significativos, están la nueva cocina, los nuevos ascensores y el nuevo sistema de climatización.

En modo presente el área de descanso (edificio de dormitorios) será una realidad para la próxima primavera y tras su finalización vendrá la nueva ubicación del S.A.I.S., así como otras medidas del nuevo plan de emergencias elaborado por ISDEFE, a instancias de INGESA, que comprende entre otras actuaciones las escaleras de incendios. En 2018 vendrán también la ampliación de la Unidad de Agudos Psiquiátricos y la ampliación del Servicio de Urgencias, así como aquellas otras que el necesario mantenimiento en adecuado orden de funcionamiento del hospital, vayan surgiendo.

En el plano asistencial también se ha actuado para que, en la medida de lo posible, no sólo evitar que las prestaciones de nuestro hospital se resintieran, sino que incluso se aumentaran y/o mejoraran. De nuevo, y de forma breve, hay que recordar francos avances como la implantación del código ICTUS o la implantación de las guardia de presencia física en varias especialidades -reseñar la de Pediatría por ser muy demandada por la población-. Así como la creación de la unidad de guardias obstétricas o, también, un claro avance asistencial en nuestra ciudad fue lograr que las pruebas electroneurofisiológicas se realizaran en nuestra ciudad.

Ya en lo más reciente deben de citarse los avances en el campo de la diabetes y de las alergias, con la incorporación de nuevos especialistas a nuestra plantilla.

Para el inmediato futuro se tiene como objetivo el poder, por fin, lograr las contrataciones de los especialistas, que son necesarios para completar la parrilla -ya aprobada y dotada por INGESA- de guardias de presencia física. Hay que significar que esto no va a ser fácil, porque Melilla no es ajena a la situación -que ya existe y que en los próximos años se va a agravar-, de carencia de facultativos.

Jesús Andújar

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