El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, y el consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, pusieron ayer la primera piedra simbólica de los caminos escolares de los colegios Reyes Católicos y La Salle-El Carmen, un proyecto que ha sido adjudicado a la empresa Doranjo y que supondrá una inversión de 324.388 euros y tres meses de trabajo. Con el arranque de estas dos nuevas obras, que se suman a las que están a punto de concluir en los caminos escolares de los colegios Enrique Soler e Hipódromo, la Ciudad Autónoma ha iniciado ya las obras para dotar de caminos escolares habilitados y más seguros a cuatro de los 16 colegios de la ciudad, una apuesta que se enmarca en sus actuaciones para mejorar la movilidad sostenible y la accesibilidad en el casco urbano.
Imbroda y Quevedo, que estuvieron ayer acompañados por los directores de los colegios Reyes Católicos y La Salle-El Carmen, el jefe provincial de Tráfico, José Carlos Romero, y el director provincial del Ministerio de Educación, José Manuel Calzado, destacaron en declaraciones a los periodistas el elevado índice de centros educativos que ya se han sumado a esta apuesta, un 25 % del total.
Este porcentaje podría elevarse en breve, ya que como explicó Quevedo, el colegio Anselmo Pardo tiene “prácticamente decidido” solicitar oficialmente su camino escolar, para lo que ya se han estudiado los recorridos desde el Mercado del Barrio de la Victoria y desde el Barrio de la Libertad. Por su parte, los colegios León Solá y Juan Caro están pensando si se adhieren también a esta red de caminos.
En este sentido, animaron a las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado (AMPA) del resto de colegios de Melilla a que sigan esos mismos pasos y soliciten su camino escolar, ya que la Ciudad Autónoma está abierta a ejecutar estas obras de infraestructura.
Tanto el presidente como el consejero recordaron que los caminos escolares son proyectos participativos en los que la comunidad educativa propone y diseña los itinerarios, y la Ciudad Autónoma pone las infraestructuras.
Mejora en la seguridad
Ambos coincidieron en destacar la mejora en la seguridad que suponen estas actuaciones, ya que se construyen pasos de peatones elevados y aceras más anchas en los cruces -las denominadas orejetas-, lo que supone además una mayor accesibilidad de la que se benefician todos los ciudadanos en sus itinerarios peatonales. Es el caso, por ejemplo, de los pasos elevados del camino escolar del Enrique Soler en la Carretera Alfonso XIII, que permiten “un acceso más seguro” de los vecinos del Real al Parque Forestal.
Además, los caminos escolares cuentan con otro factor positivo, como es el hecho de que los niños que van andando al colegio por estos caminos escolares van acompañados por un graduado de FP en actividades deportivas, ya que las prácticas incluyen esta responsabilidad tanto a la entrada como a la salida del centro. Esto supone una ventaja para los padres de los alumnos y dota de más autonomía a los escolares.
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