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Con la mirada apagada de aquel que ha recibido un sufrimiento inefable desde lo alto de la cruz en la que ha sido clavado, el Santísimo Cristo de la Paz realizó este Jueves Santo por la tarde su tradicional itinerario por el corazón de la ciudad desde la Plaza Menéndez Pelayo escoltado por una hilera de nazarenos y mantillas y por las suaves melodías procesionales de la Banda de Música ‘Ciudad de Melilla’.
A su llegada a la tribuna, el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, dio las gracias al Cristo de la Paz “por haber cargado con nuestro pecado y por haber extendido en el madero santo tus brazos cargados con nuestras miserias y nuestras soledades”.
Asimismo, le pidió ayuda para “soportar la parte del peso que nos corresponde y a cargar también nosotros con las cruces de nuestros hermanos para hacer un mundo donde cada día abunde un poco más la plenitud de tu paz y de tu perdón”.
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ MANUEL GINER
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