Destaca la necesidad de aprobar normas sobre los tiempos máximos de acceso a la atención sanitaria programable, desarrollar herramientas específicas de planificación para ordenar la actividad hospitalaria y modernizar los sistemas informáticos actualmente en uso, considerados obsoletos y poco interoperables.
El Tribunal de Cuentas ha aprobado el Informe de Fiscalización Operativa de la Asistencia Sanitaria Especializada gestionada por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) en Melilla, correspondiente a los ejercicios 2022 y 2023, y en él pone de relieve importantes deficiencias en la organización, planificación y gestión de recursos en el Hospital Comarcal de la ciudad.
El informe recoge una serie de recomendaciones dirigidas al Ministerio de Sanidad, al propio INGESA, a la Dirección Territorial y a la Gerencia de Atención Sanitaria de Melilla, instando a una profunda revisión de sus procedimientos. Entre ellas, destaca la necesidad de aprobar normas sobre los tiempos máximos de acceso a la atención sanitaria programable, desarrollar herramientas específicas de planificación para ordenar la actividad hospitalaria y modernizar los sistemas informáticos actualmente en uso, considerados obsoletos y poco interoperables.
El Tribunal también sugiere adoptar medidas que mejoren la planificación y adquisición de material sanitario, así como reforzar los mecanismos de facturación y cobro por la atención prestada, especialmente a pacientes extranjeros sin derecho a asistencia gratuita. Además, se recomienda una mayor eficiencia en la depuración de saldos pendientes y un mejor seguimiento de los servicios externalizados.
La fiscalización ha revelado «una serie de deficiencias y debilidades» en distintos ámbitos, especialmente en la gestión de las retribuciones del personal, la adquisición de material sin procedimientos públicos, vulnerando los principios de publicidad y concurrencia, y la falta de control en la asistencia prestada mediante medios ajenos. También se señala la prolongación irregular de contratos por una deficiente planificación y un bajo índice de cobro a particulares.
Sobre los sistemas de información y gestión, el Tribunal constata que las aplicaciones utilizadas en el Hospital Comarcal de Melilla son insuficientemente integradas y tecnológicamente desfasadas, lo que obstaculiza la eficiencia del servicio. Además, alerta sobre la falta de mejora en la gestión respecto a la última fiscalización realizada en 2018.
El informe subraya así la urgencia de modernizar y reorganizar el sistema de asistencia sanitaria especializada en Melilla, una tarea que requiere el compromiso conjunto de todas las instituciones implicadas para garantizar una atención sanitaria digna y eficaz en la ciudad autónoma.
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