El órdago de CPM por el borrego se queda a medias

Son muchos privilegios como para dejarlos por un intento de mantener una cierta coherencia con lo que se decía desde la oposición y lo que se hace en el gobierno
El lío por el borrego en Melilla sigue cuatro días después de que se conociera que el Ministerio de Agricultura mantiene la prohibición de pasar corderos desde Marruecos a nuestra ciudad por la fiebre aftosa.

Mustafa Aberchán, 96 horas después de la reunión en Madrid, reaparecía para despejar dudas sobre el órdago que lanzó a mediados de julio cuando dijo que CPM abandonaría el Ejecutivo de la Ciudad porque no podía compartir gobierno con un partido que ostenta el Gobierno de la Nación, el PSOE, que no respeta las costumbres y tradiciones de la mitad de la población en forma de libre elección de cordero para el Aid El Kebir.

Como ya pronosticamos desde este mismo espacio, a pesar del envite cuando aún no se había cumplido un mes de tripartito en la Ciudad, CPM no se irá de un Gobierno en el que ostenta tres consejerías, desde ayer seis viceconsejerías tras ampliar una más para Yonaida Selam y ejercer la propuesta para la presidencia de la Autoridad Portuaria en la persona de Víctor Gamero.

Muchos privilegios como para dejarlos por un intento de mantener una cierta coherencia con lo que se decía desde la oposición, en la que acusaban al PP de no permitir la entrada de borregos marroquíes hasta el punto de organizar manifestaciones y protestas diversas durante tres años, y lo que se hace ahora que se está en el Gobierno, donde esa prohibición se mantiene por cuarta fiesta consecutiva por razones sanitarias.

En cualquier caso, los intentos por justificar su actual posicionamiento prosiguen, como el hecho de que mientras desde el PSOE se asegure que el recurso presentado ante el Contencioso Administrativo no es una denuncia, desde CPM se afirme lo contrario.

Lo que sí podemos avanzar, sin temor a equivocarnos, es que el 12 de agosto no habrá borregos marroquíes y que CPM seguirá en el Gobierno. Todo lo demás es marear la perdiz.

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