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El PSOE pide un concurso de ideas para sustituir el monumento Héroes de España

El PSOE de Melilla ha propuesto que se lleve a cabo un concurso de ideas para la elección de la obra que sustituirá al monumento franquista ‘Héroes de España’, ubicado en la plaza del mismo nombre, junto a la avenida principal de la ciudad autónoma. En una nota de prensa, la portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea de Melilla, Gloria Rojas, se refirió así la decisión del Gobierno de Melilla de retirar el monumento e instalar en su lugar otro que se ha encargado a los artistas Antonio López, Julio López y Andrés García Ibáñez. Rojas dejó claro el respeto y reconocimiento de su partido a artistas consagrados, pero señaló que abrir el abanico a más artistas y más opciones “solo puede deparar beneficios”.
“En Melilla, en todo el país e incluso en la esfera internacional va a haber muchos artistas que van a querer que su obra luzca en nuestra ciudad”, expuso la líder socialista.
“Queremos que participen todos aquellos que lo deseen y estamos seguros de que hay muchos artistas melillenses, que atesoran una gran calidad, y que van a querer participar”, agregó Rojas, convencida de que el hecho de que los melillenses tengan varios y buenos proyectos donde elegir sólo puede enriquecer este proyecto”.
En opinión de Rojas, la obra que ocupe ese espacio debe ser “un símbolo de concordia y entendimiento, que nos representen a todos”, y ha señalado la posibilidad de habilitar cauces de participación ciudadana para que, una vez presentados todos los proyectos, sean los propios melillenses los que voten qué proyecto quieren que se materialice.
Gloria Rojas se refirió al Kiosco ‘Café La Peña’, “expropiado por la dictadura a la familia Caro, quitándole su medio de vida, y destruyéndolo para edificar el monumento franquista”.
“El Kiosco ‘Bar La Peña’ era un lugar de encuentro, de debate y reflexión de la intelectualidad de Melilla y merece que sea recordado”, argumentó Rojas, que pidió que, en el nuevo emplazamiento, se ponga una placa en recuerdo de ese kiosko y de la familia Caro “para resarcirles, aunque sea simbólicamente, de lo que padecieron durante la dictadura”.