Hay una fábula de Esopo que relata cómo los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz, infundiendo pánico a quienes los escuchan. Sin embargo, después de señales tan asombrosas, los montes paren un pequeño ratón. Viene esta fábula que ni pintada a las expectativas que CpM y Aberchán anunciaron la semana pasada al hablar de Imbroda y la Operación Tosca.
Primero fue la solicitud de que se convocara la Junta de Portavoces de la CAM para tratar el tema, hurtando a toda la ciudadanía la posibilidad –remota tratándose de Imbroda- de que las explicaciones fueran públicas. Debería saber Aberchán y el CpM que todos los ciudadanos son los que tienen la legitimidad y la necesidad de que se le den explicaciones directas que no estén cocinadas ni amañadas en reuniones de la casta política.
A continuación fue la amenaza y el plazo que CpM y Aberchán dio a Imbroda hasta el martes, para la convocatoria y las explicaciones. Cuestión esta que nos hacía presagiar algo extraordinario: los montes dando terribles signos. Para acabar anteayer haciendo, CpM y Aberchán, el gran parto del ratón y solicitando que se convoquen elecciones extraordinarias tres meses antes de las elecciones ordinarias.
Este parto de los montes debiéramos tomárnoslo a risa si no fuera porque en realidad es melodramático: lo que está poniendo de manifiesto es el nerviosismo y la necesidad de Aberchán para concurrir a las elecciones cuanto antes. Antes de que –como se asegura- se convoque el juicio oral por la compra de votos con unas demandas de cárcel importantísimas por parte de la Fiscalía. En fin, una más de teatro y de politiquería. Como dijo Marx, Groucho por supuesto, después de ímprobos esfuerzos hemos pasado de la nada (democrática) a la más absoluta miseria.
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El parto de los montes