El Madrid lo ha vuelto a hacer

Carta del Editor MH, 11/5/2024

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

El Madrid del miércoles ante el Bayern de Múnich lo volvió a hacer. Me recordó lo del síndrome de Eróstrato, que incendió el templo de Artemisa, para conseguir fama universal. El Real Madrid, fiel a su tradición, incendió en los últimos minutos el majestuoso estadio Bernabéu y, a diferencia de Eróstrato, confirmó su buena fama universal. Ya está, por 18ª vez, en la final de la Copa de Europa, el torneo futbolístico más prestigioso del mundo y con fundadas esperanzas de conseguir ganarla por 15ª vez.

Ninguna institución española ha sido tan nacional y, al mismo tiempo, tan transnacional como el Madrid desde los años 50

El genial Antonio Escohotado escribió hace pocos años un libro sobre el Real Madrid: “La forja de la gloria. Breve historia del Real Madrid contada por un filósofo aficionado al fútbol”. Cuenta, por ejemplo, cómo Santiago Bernabéu estuvo a punto de catar el exilio cuando, en 1939, prohibió la entrada a Chamartín del fundador de La Legión, Millán Astray. Cuenta cómo en el año 2000 llegó a la presidencia Florentino Pérez, el nuevo Santiago Bernabéu. Resalta que el Madrid es, desde hace ya muchos años, el club más valioso del mundo, según Forbes. Comenta que Vázquez Montalbán, un buen escritor, comunista y enemigo del Madrid, también se equivocó, como Marx, al imaginar que el comunismo llegaba atraído por quienes reclaman derecho al trabajo, no por la franja social dispuesta a reclamar su derecho a la pereza…y al fútbol, especialmente al fútbol de un club, como el Madrid, “cuya alma es tan castiza como cosmopolita”.

Ya nada sorprende en el Madrid: el milagro no es la excepción, sino la norma

Considera Antonio Escohotado que “ninguna institución española ha sido tan nacional y, al mismo tiempo, tan transnacional como el Madrid desde los años 50”, que ni es ni fue el equipo del Régimen, “con amigos como Franco, ¿quién necesitaba enemigos?” y que el futuro del equipo, con “la construcción del Bernabéu, fruto del ahorro de la clase trabajadora y la clase media madrileña” está asegurado, con “la confirmación, una vez terminadas, de que las obras de reforma del estadio generarán los ingresos extraordinarios previstos (alrededor de doscientos millones de euros anuales)”, posiblemente incluso bastante más que esa ya abultada cifra.

En fin: el Madrid lo ha vuelto a hacer. Esta vez con un héroe inesperado, un tal Joselu, más bien clase trabajadora, futbolísticamente hablando, que clase alta o figura mundial. Ya nada sorprende en el Madrid: el milagro no es la excepción, sino la norma.

El grado de confianza en la economía de Melilla

Lo estructural precede -debería preceder- a lo coyuntural. La administración pública de Melilla -la nacional y la local- jamás podrá funcionar bien en Melilla mientras no se aclare la estructura político-administración pública de lo que se llama Ciudad Autónoma, una figura que en España solo existe en Melilla y Ceuta, dos ciudades que no son ni Autonomía, ni Ayuntamiento, que no pueden actuar ni en Sanidad, ni en Educación, que no pueden tener Consejeros que no sean diputados electos. En definitiva, y para hacerlo corto, Melilla y Ceuta no encajan en la estructura político administrativa de España y así es imposible que ambas ciudades se puedan desarrollar económicamente y, como consecuencia, que puedan salir de la zona de peligro e incertidumbres en la que se hallan.

A base de actuaciones políticas y a falta de un Florentino, el grado de confianza de Melilla entre los agentes económicos, palabrería aparte, es evidente: prácticamente ninguno.

¿Que haría yo si fuera presidente de Melilla? Centrar mis esfuerzos en arreglar la estructura de la ciudad, o sea, centrarme en intentar conseguir que Melilla y Ceuta sean la 18ª Autonomía de España (diga Marruecos lo que diga y haga).

El grado de confianza que generan las instituciones en los agentes económicos es un determinante fundamental del crecimiento a largo plazo, dice Pablo Hernández de Cos, todavía gobernador del Banco de España. En el Real Madrid, Florentino Pérez ha generado confianza y los resultados deportivos, derivados de los éxitos económicos, son evidentes. A base de actuaciones políticas y a falta de un Florentino, el grado de confianza de Melilla entre los agentes económicos, palabrería aparte, es evidente: prácticamente ninguno.

 

 

 

Enrique Bohórquez López-Dóriga

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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