El Hospital se resiste a tratar a un niño marroquí con cáncer

La madre, sin recursos y desesperada, trajo al niño a nuestro Hospital con la esperanza de que se le prestara la atención médica que necesita, aunque la actual directiva -según fuentes del Comarcal- ha rechazado su traslado a Málaga y no para de poner trabas a su tratamiento. Según informan a MELILLA HOY fuentes del Hospital Comarcal, hace días ingresó en el mismo un niño marroquí de tan sólo 8 años de edad, acompañado de su madre, siendo diagnosticado el menor de un linfoma que amenaza su vida y para cuyo tratamiento la madre no dispone de recursos.
El padre del chico vive y trabaja en Murcia, y se encuentra en proceso de conseguir la reagrupación familiar, si bien todavía no la ha conseguido.
Pese a la gravedad del caso, fuentes del Hospital afirman que, desde el INGESA, no paran de poner trabas a la hora de prestar tratamiento a este niño enfermo, una situación que ya ha trascendido a las redes sociales y que está generando un gran número de comentarios de repulsa en los grupos de discusión más populares de la ciudad.

Traslado
Para un correcto tratamiento, según afirman desde el Hospital, el niño debería ser trasladado de urgencia al Hospital de Málaga, aunque el INGESA se ha negado; esta reiterada negativa a prestar asistencia al joven resulta especialmente llamativa teniendo en cuenta el nuevo paradigma sanitario defendido por el Gobierno entrante (el de recuperar la Sanidad Universal) y el hecho de que los actuales responsables y directores tienen las horas contadas, toda vez que a lo largo de los próximos dias se irán produciendo los nuevos nombramientos de cargos de designación directa puestos por el PSOE.
La madre, desesperada, está convencida de que, si el niño sale del Hospital, no podrá recibir el tratamiento que necesita y fallecerá.
Es por ello que, a través de los medios de comunicación y deseando mantener su anonimato, personas vinculadas al entorno sanitario local han querido llamar la atención acerca de este caso, en el que se está cuestionando la atención sanitaria a un niño enfermo de tan sólo 8 años.

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