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El hombre invisible y el hospital fantasma

La Semana. MH, 28/04/2025

Por: J.B.

¿Dónde está Wally? (en inglés Where’s Wally?; rebautizado en Estados Unidos y Canadá como Where’s Waldo?) es una serie de libros creada por el dibujante británico Martin Handford en 1987. No se trata de libros de lectura, sino que sirven para jugar: en sus páginas ilustradas hay que encontrar al personaje de Wally en escenas con miles de personajes y detalles que despistan al lector. Para identificarlo más fácilmente Wally siempre va vestido del mismo modo: suéter de rayas horizontales rojas y blancas, gafas, pantalón vaquero y un gorro de lana, también de rayas rojas y blancas. Además, suele llevar complementos como cámaras de fotos colgada al cuello, enseres de camping o libros, su bastón, que en ocasiones acaba perdiendo, por lo que también deben ser buscados por el lector/jugador.

Muchos en España se preguntan dónde está Sánchez. Quizás esté escondido en un sótano, maquinando.

Muchos en España se preguntan dónde está Sánchez. Quizás esté escondido en un sótano, maquinando cómo conseguir que no le salpique lo de “su” fiscal general (“¿Quién manda en la fiscalía….? Pues eso”, palabras de Sánchez); puede que esté en Doñana (estancia pagada, si fuese el caso, por todos los españoles), junto con su perrito faldero, el ministro “soñoliento” Bolaños, preparando el discurso de todos sus ministros/voceros para defender lo indefendible en el caso de su hermano, el “duditas” (¿A qué se dedica la Oficina de las Artes Escénicas? – le pregunta el juez al hermanísimo- La respuesta, balbuceando, la firmaría el propio Groucho Marx: “Pues….: a las artes escénicas”).

Cada vez, como lo es encontrar a Wally, es más difícil ver a Pinocho Sánchez en el Congreso (al Senado ni va, ni se le espera; debe ser que considera que los senadores, elegidos por los españoles, no merecen que alguien “tan importante” como él dé explicaciones sobre temas que nos interesan a todos y que nos afectan al bolsillo). Se esconde detrás de pelotas varios, que hablan en su nombre, para intentar explicar lo inexplicable: sus relaciones con Venezuela, sus malas relaciones con EEUU, sus “raras” relaciones (por decir algo) con Marruecos, los muy dudosos “trabajos” de su esposa en la Complutense, el “no trabajo” del hermanísimo en Badajoz o dónde quiera que “no trabajase”, el caso Koldo, el caso Ábalos, el sospechoso rescate de Air Europa, las ayudas de la Dana, las lentas ayudas a La Palma, etc.

“Wally” Sánchez no se esconde con un suéter de rayas horizontales rojas y blancas, gafas, pantalón vaquero y un gorro de lana. Su forma de evitar que le encontremos, para que nos dé explicaciones, es ponerse un traje, coger el Falcon.

“Wally” Sánchez no se esconde con un suéter de rayas horizontales rojas y blancas, gafas, pantalón vaquero y un gorro de lana. Su forma de evitar que le encontremos, para que nos dé explicaciones, es ponerse un traje, coger el Falcon y viajar por todo el mundo (a nuestra costa). Como es “muy importante” (eso debe pensar él) y, por otro lado, no debe/quiere quedar mal con los nacionalistas y comunistas que le mantienen en la Moncloa, decidió no ir a la final de la Copa del Rey ni al funeral del Papa. Las razones esgrimidas son también dignas de Groucho Marx y demuestran que piensa que los españoles, sin excepción, somos tontos (o muyyyy tontos, como diría José Mota). En resumen, a Sánchez le gustaría ser invisible cuando no le apetece comparecer, pero, de momento, se conforma con esconderse detrás de pelotas/abrazafarolas varios y de largos viajes al extranjero.

El hospital “fantasma” de Melilla

El “nuevo” (cuando se abra, si alguna vez se da el caso, ya no podrá considerarse como tal) hospital de Melilla, que no es invisible pero sí fantasma, sigue sin abrirse por “razones partidistas”, según el PSOE y por unas deficiencias, según el PP local y, sobre todo, según el consejero de Fomento, Miguel Marín.

Conociendo al PSOE nacional y a su representante local, Sabrina Moh, no parece muy creíble que, según aseguran, sea el PP/Ciudad Autónoma el/la culpable de los retrasos (en la apertura del nuevo hospital).

Hace semanas que el Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma aprobó la licencia mayor del cuarto proyecto modificado del Hospital Universitario y, según esta (la Ciudad Autónoma), a partir de ese momento, es la Delegación del Gobierno e INGESA quienes deben “acelerar los pasos para que esas obras que están pendientes de realizar”, relativas a la accesibilidad del edificio, sean acometidas “con la mayor celeridad posible”.

Es desesperante que una obra tan importante y cara se encuentre en esta situación de parálisis burocrática. Conociendo al PSOE nacional y a su representante local, Sabrina Moh, no parece muy creíble que, según aseguran, sea el PP/Ciudad Autónoma el/la culpable de los retrasos. Conociendo a Miguel Marín, me extrañaría mucho que no esté haciendo todo lo posible para que el hospital se abra cuanto antes, pero no deja de ser un caso sangrante. ¡A ver si, por una vez, se piensa en los melillenses!