La denominada mayoría de la investidura sigue haciendo estragos en la política española. Esta semana hemos tenido dos claros ejemplos: los trámites para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), también conocida como 'Ley Celaá'. El Gobierno de coalición PSOE-Podemos que preside Pedro Sánchez se ha apoyado en partidos separatistas y filo etarras para sacar adelante estos dos temas cruciales en toda España, Melilla por supuesto también, dentro de esta nación cada vez más amenazada por aquellos que quieren romperla.
Así, el jueves el Congreso rechazaba las siete enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado 2021. El Gobierno social comunista consiguió que su proyecto de cuentas siga adelante gracias al apoyo de Bildu y ERC.
La decisión ha levantado malestar entre los partidos de la oposición, especialmente en el PP, pero también entre varios “barones” socialistas y líderes históricos, que ven que la cohabitación de Podemos con el separatismo catalán pone al borde del precipicio el modelo de solidaridad territorial español, frente al seguidismo de Pedro Sánchez a los pasos que va dando Pablo Iglesias.
A ello, hay que sumar que este viernes el Gobierno aprobaba en la Comisión de Educación y Formación Profesional del Congreso el dictamen de la Ponencia sobre la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), también conocida como 'Ley Celaá', con los votos a favor de PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV y Más País. La representante de EH Bildu se ha ausentado de la sala antes de terminar la sesión, mientras que PP, Vox y Ciudadanos han votado en contra. Un respaldo de los separatistas que se ha logrado después de aceptar el Ejecutivo de Sánchez que el español ya no sea la lengua vehicular en la enseñanza.
Esta deriva es cada vez más preocupante, no en vano afecta a cuestiones tan fundamentales como los presupuestos y la Educación. El peligro sobre España es cada vez más real con la actual coalición de Gobierno.
