Los de Miguel Centeno podrían descender matemáticamente esta tarde si pierden frente a un rival directo como el conjunto pacense. El Melilla Fútbol Sala Estopiñán encara su penúltimo desplazamiento de la presente temporada, y lo hace con los mismos inconvenientes de todas las semanas, es decir, con bastantes bajas por motivos laborales y personales, así como también con problemas con el billetaje, ya que coincide con el inicio para muchos de las vacaciones de Semana Santa.
En lo que se refiere estrictamente al partido, cabe reseñar que los melillenses descenderían de forma matemática si pierden en tierras extremeñas, aunque los de Miguel Centeno han viajado con la intención de que eso no ocurra. De todos modos, lo cierto es que al filial no le resultará nada fácil doblegar al Olivenza, un conjunto que marca la zona de salvación con 26 puntos, catorce más que nuestro representante, que ocupa el farolillo rojo del Grupo 5º de la Segunda División B. Además, los pacenses no conocen la derrota en su feudo en lo que llevamos de segunda vuelta.
El entrenador melillense reconocía que la semana “no fue buena en ningún sentido, ya que no entrenamos, por diferentes motivos de cada uno, correctamente ningún día”, aseguró Miguel Centeno.
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El filial se juega su último ‘cartucho’