No es lo peor, aunque es de juzgado de guardia el abandonar un can; lo peor es la falta de moral de los que lo han abandonado, por si acaso.
O sea que, si lo tuviera, cosa rarísima que las defensas de un can sean más débiles que las del humano, a pesar de la rabia; hace ver que les ha importado un bledo la posibilidad de contagio en el resto de los vecinos o de la población aleatoriamente.
Pero tenemos la segunda parte, por precaución, debe de observarse al can y a los que lo han recogido, por si acaso. Todo ello por (dicen) haber jugado con el pobre Excalibur, sacrificado sin a verle practicado análisis alguno, ni observación alguna, sino que inmediatamente se le quita de en medio por razonamiento ilógico de contacto salivar. Y pregunto, ¿Es que el marido en ese tiempo no beso a su mujer…? ¿Nos lo cargamos también?, no, no es lo mismo. En EE.UU hay otro caso de enfermera con ébola y con otro "excalibur". Qué pasará en este caso con EE.UU; todo será que para cubrir nuestra decisión, ellos se carguen al suyo, por supuesto, bajo análisis. Las últimas noticias son de que no se ha sacrificado y sigue vivo y coleando. Estoy deseando que Teresa Romero salga del bache, aunque tenga que ser tratada posteriormente. Así como los que están en observación.
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El ébola y el abandono de canes