Ciudad de Málaga es un barrio en constante evolución, donde la colaboración vecinal y la juventud universitaria aportan vitalidad a la comunidad. Sin embargo, sus residentes enfrentan desafíos persistentes, desde problemas de limpieza y seguridad hasta la necesidad de mejoras en infraestructura y accesibilidad. Florentino Luque Díaz, presidente de la Asociación de Vecinos, junto con otros melillenses, comparten sus experiencias y preocupaciones, destacando tanto los logros recientes como las áreas que requieren atención urgente por parte de las autoridades.
Ciudad de Málaga es un barrio con una mezcla de tradición y modernidad, donde sus vecinos trabajan juntos para mejorar su calidad de vida a pesar de los desafíos que enfrentan. Florentino Luque Díaz, presidente de la Asociación de Vecinos Ciudad de Málaga, y varios vecinos del área han compartido sus experiencias y preocupaciones sobre la situación actual del barrio.
Florentino Luque Díaz destaca el espíritu colaborativo y la participación de los vecinos en eventos comunitarios. «El barrio es estupendo. Tenemos unos vecinos colaboradores que ayudan en todo lo que pueden», comenta Luque, refiriéndose a la reciente comida del socio que atrajo a unas 90 personas, creando un ambiente festivo y unido. Sin embargo, no todo es perfecto. Uno de los problemas recurrentes es la limpieza de las aceras, especialmente con respecto a los excrementos de perros. «Las cacas de los perros es inevitable. Muy poquita gente se ve recogiendo», señala Luque.
El tema de la accesibilidad sigue siendo una preocupación importante para los residentes de mayor edad. Aunque se han realizado mejoras en las carreteras y se ha construido una rampa, hay zonas como una escalera larga al lado del Bloque 3 que sigue siendo un obstáculo significativo. «Para las personas mayores de setenta y tantos, de ochenta años, cuesta mucho trabajo subirlas», explica Luque. Además, menciona que las obras, aunque útiles, no se han terminado al completo, dejando cables y mangueras expuestos que pueden ser peligrosos.
La presencia de jóvenes universitarios ha dado una nueva vida al barrio. Con la casi terminación del polideportivo de la Universidad de Granada, se espera que esta afluencia continúe. «Viene mucha gente a desayunar ahí. Está muy bien, da bastante vida», comenta Luque, subrayando el impacto positivo que tiene la juventud en el ambiente del barrio.
Los vecinos también expresan preocupaciones sobre la seguridad y el mantenimiento de los espacios públicos. «Antes pasaba una guardia por el barrio, pero llevamos un tiempo sin saber nada», lamenta un residente. Además, los jardines y otras áreas verdes están descuidados. «Los jardines están abandonados, no riegan, no limpian», añade.
Si bien el barrio ha visto mejoras, aún hay áreas que necesitan atención urgente. Luque hace un llamado a las autoridades para que terminen las obras iniciadas y mejoren la accesibilidad para los mayores. También sugiere la necesidad de un mantenimiento regular de las arquetas para prevenir inundaciones y problemas durante el invierno. «Deberían hacerlo cada año, porque está lleno de hojas y el agua no transita», insiste Luque.
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