Los responsables del Banco de Alimentos de Melilla se han reunido con todas las entidades benéficas con las que colaboran para intercambiar información y experiencias con el fin de mejorar la coordinación en pro de las familias más vulnerables que atienden. Para este año 2020, se han planteado nuevos retos y desafíos para afrontar la lucha contra la pobreza en la ciudad. Los responsables del Banco de Alimentos de Melilla no dejan de trabajar en todo el año, por la sencilla razón de que “el hambre no tiene vacaciones”. Por ello, ayer se reunieron con todas las entidades benéficas con las que colaboran para intercambiar información y experiencias con el fin de mejorar la coordinación en pro de las familias más vulnerables que atienden.
La entidad ha comentado con las diferentes asociaciones cuáles son las necesidades, mejorando de esta forma los procedimientos y también, sirve para proponerse objetivos de trabajo y coordinación.
En el año pasado, exponen que, se han repartido 265.000 kilos de alimentos a cerca de 4.300 personas que se atienden a través de las quince asociaciones.
Para este año 2020 se han propuesto nuevos retos y desafíos para afrontar la lucha contra la pobreza en nuestra ciudad y a favor de que haya ‘hambre cero’. El Banco da las gracias a todas las personas que ayudan y colaboran para que sea posible.
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