El aeropuerto reforzará su seguridad con vallas más altas y nuevas cámaras

El aeropuerto de Melilla reforzará sus medidas de seguridad tras lo ocurrido el pasado sábado, cuando un menor marroquí de 17 años logró colarse en la zona restringida y fue localizado dentro de la bodega de un avión antes de que éste despegara rumbo a Málaga. Un recrecimiento de la valla perimetral del aeropuerto y una mayor vigilancia mediante presencia física y nuevas cámaras serán algunas de las medidas que se pondrán en marcha tras recibir el visto bueno de AENA, aunque estas mejoras llevan pendientes de materializarse desde mediados de junio, cuando fueron solicitadas por el director del aeropuerto, Joaquín Rodríguez.

El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, explicó que esta petición se produjo en una reunión de coordinación en la que el Plan de Seguridad del aeropuerto había logrado superar todos los controles establecidos. Pese a todo, el director de la instalación expuso la necesidad de llevar a cabo una serie de iniciativas “para mejorar aún más la seguridad” con medios técnicos y humanos.
AENA ya ha aprobado aquellas peticiones expuestas el 21 de junio, aunque casi siete meses después aún no se han materializado, propiciando el capítulo del pasado sábado con el menor extranjero no acompañado. El Barkani ha solicitado un “informe exhaustivo” tanto a la Guardia Civil como al director del aeropuerto para averiguar qué pasó y dirimir si existen o no exigencias de responsabilidades “si alguien las tuviera”.
La seguridad en el aeropuerto, según apuntó el delegado del Gobierno, depende de diferentes entidades. Además de la empresa a la que se tiene adjudicado ese servicio, también intervienen las propias aerolíneas y los responsables del control de las cámaras. También interviene la Guardia Civil, al ser el aeropuerto “una infraestructura crítica”. De ahí que haya solicitado sendos informes e instara a conocer sus resultados antes de tomar ninguna decisión, aunque consideró “evidente” que si hay algún aspecto por mejorar, se tomen las medidas necesarias para llevarlo a cabo.

Sin sensores
Uno, como ya apuntó hace siete meses el director del aeropuerto, es la seguridad en su perímetro para controlar los accesos. De hecho, ayer apuntó el delegado que “en alguna parte” del vallado del aeropuerto no había sensores de seguridad, lo que podría haber sido aprovechado por el adolescente marroquí para colarse en la pista de aterrizaje y llegar hasta la aeronave. El Barkani dijo no tener información sobre si el menor también había conseguido acceder a la cabina del piloto antes de ser encontrado en la bodega.
Tampoco se tiene constancia de la edad del chico, ya que aunque él dice que es menor y Bienestar Social apunta a que es de Fez y podría tener 17 años, la realidad es que está siendo sometido a las correspondientes pruebas para determinar su edad mediante un informe del médico forense y el dictamen de la Fiscalía respecto a si es o no adulto.

“Esto ha pasado una vez”
El Barkani reconoció que el problema de la inmigración infantil que protagonizan los menores extranjeros no acompañados es “un tema muy difícil” y es necesario buscar distintas fórmulas para solucionarlo. No obstante, señaló que el capítulo del aeropuerto “ha pasado una vez”, frente a lo que ocurre “día a día” en el puerto comercial con los aspirantes a polizones.

El suceso, en dos reuniones diferentes

Lo ocurrido el pasado sábado con el menor que consiguió colarse en la bodega del avión de Málaga fue objeto de análisis en dos reuniones diferentes. Una, la de coordinación de seguridad que se desarrolló durante hora y media en la Delegación del Gobierno, presidida por El Barkani y a la que asistieron los mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil. La otra, en el propio aeropuerto, cuyo director reunió a un comité donde están presentes ambos cuerpos y la empresa de seguridad privada. El delegado está pendiente de que le faciliten un “informe exhaustivo” sobre lo sucedido.

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