“-En realidad era un hombre imprescindible. Siempre atento y dispuesto a llevar a los demás, una palabra de aliento y consuelo, con el ejemplo de su conducta y amabilidad. Hemos perdido no solo un político honesto. Inteligente y necesario para este país, sino también un hermano, entregado y fiel, a los principios de la libertad, el orden y el progreso. Pasará mucho tiempo, en que volvamos, si es que volvemos, a tener a alguien, si no igual, al menos parecido, al que hoy nos a abandonado, dejándonos sumidos en la tristeza, el desconsuelo y la más completa orfandad, no solo social y ciudadana, sino también familiar. Familiarmente querida, ya que el supo, llegar antes a nuestros corazones, que al despacho, desde donde ejercía su paternal presidencia a todos, los que hoy, desconsoladamente lloramos su perdida”.
Que estas escribiendo, que llevas ya más de una hora sin levantar la vista del papel.
Pues, escribo unas palabras de sentimental recuerdo. Al que fue ejemplo a seguir y hoy nos ha abandonado para siempre. El pulso me tiembla de emoción al recordarlo y las lágrimas fluyen en mis ojos al escribir lo que estoy escribiendo.
¿Y que estas escribiendo?
Ya te lo he dicho. Un artículo para el periódico, recordando con todo cariño, respeto y desconsuelo, al Presidente que hoy nos ha abandonado, en ese trágico accidente y que tardaremos mucho tiempo en olvidar.
Tú no te enteras de nada. Entre medio sordo que estas y la mala leche que tienes, andas por la vida totalmente “descarriao”.
¿A qué viene todo eso que me estás diciendo?
Pues viene, a que no es el Presidente el que”samatao”.
¡¡Qué me dices!! ¡Déjate de cachondeos, que siempre estas de cachondeos!
Que cachondeo ni que cachondeo. Que no es el Presidente. Que el que ha “palmao” ha sido el cuñao.
¿Qué me estas contando? Vamos a ver, vamos a ver. No me pongas nervioso.
Que nervioso ni que historia. ¡Su cuñado Ambrosio! El Presidente, cuando el accidente, como iba en el asiento de atrás, salió despedido, y se rompió la muñeca.
¿La muñeca? ¿Solo la muñeca?
Pero no la muñeca de su cuerpo, sino una muñeca que llevaba para su sobrina.
O sea, ¿que a él no le ha pasado nada?
Nada de nada. Más fresco que una lechuga. Se levantó, se sacudió en traje y dijo: ¿Que ha pasado?
¡Me cago en la madre que lo pario¡ El hijo de puta, tiene más vidas que un gato……¿Es verdad lo que me estas contando o es un rollo tuyo?
¿Un rollo? Escucha la radio y te enterarás
Entonces… ¿Está vivo?
Vivo. Pero vivo, vivo.
¡Me cago……Sera posible esto No va a haber nada que mate al fulano este.¡ Desde luego que tiene suerte el cabrón….Salir despedido por la puerta, y no encontrar una pared, un muro, una furgoneta, un tren, algo que lo parara….Sera posible…
Y tú. ¿Porque te enfadas? ¿A qué viene ese cabreo? ¿No estabas escribiendo no se que para el periódico? ¿Ya no vale lo que estabas escribiendo?
¡Déjate de sopleos! Mira que salir echando leches por la puerta….¿Y no vino otro coche que se lo hubiera llevao “palante”?…Cabronazo de mierda…
¿O sea, que lo que tu escribías, estaba dedicado a un muerto más que a un vivo? Pues sabes lo que te digo: ¡¡Que me voy a vivir al cementerio¡¡…Que es donde parece ser: “que to er mundo es güeno”.
….será posible. Claro, el desgraciao del cuñao iba conduciendo y el, como un señorito, en el asiento de atrás, sin cinturón y sin nada…Y no chocar con algo que lo quitara de” en medio…” ¡La leche que le dieron al tío¡….