“Dos Anjos y Sonseca supondrán, sin duda, una seria amenaza para el decano”

«El nivel de este equipo baja en las defensas de los bloqueos directos, ya que tanto a Edu Hernández-Sonseca como a Felipe Dos Anjos les cuesta defender ese tipo de bloqueos” Felipe Dos Anjos, 218 centímetros, y Eduardo Hernández Sonseca, 212 centímetros, dos jugadores que supondrán, sin duda, una seria amenaza para el decano, que a su vez tiene mimbres suficientes con Arteaga y Gatell para minimizar el juego cerca de aro. No sólo componen el equipo asturiano estos dos jugadores, puesto que los ovetenses han confeccionado un gran grupo, en el que algunos de sus jugadores le dan mucha riqueza táctica al plantel que dirige Carles Marco. Esa polivalencia la puede dar el alero Miquel Salvó, que, con sus 205 centímetros, puede meter a su par, tanto Eloy como Pablo, cerca de aro para postear y así ver las situaciones de ventaja que puedan tener.
Otro de los exteriores que pueden jugar de falso ‘4’ es Löfberg y el técnico del conjunto carbayón no duda en sacar de inicio a dos bases como son Dani Pérez y Fabio Santana. El encargado de abrir el campo, como lo hace Héctor Manzano en el Melilla Baloncesto, era el norteamericano Windler, que ha abandonado inesperadamente la entidad y ya se encuentra en Estados Unidos, y una de las incorporaciones de este conjunto, el ex de Castellò Manu Rodríguez.
El conocido por todos Víctor Pérez, muy querido por la afición asturiana, el ala-pívot senegalés Barro y el alero gallego Carlos Martínez son los ‘guerreros’ de este ilusionante Oviedo Baloncesto, que hasta el momento acumula 8 victorias -igual que el líder, el Breogán- y sólo ha perdido tres partidos, los tres fuera de ‘Pumarín’ y contra equipos con pedigrí como Burgos, Palencia y Breogán. Los asturianos están en su mejor racha en estos momentos, habiendo ganado los últimos cuatro encuentros.
En mi canal de YouTube, Juanma Pastor López, podemos ver cómo eran las situaciones con Windler al ‘4’ sacando esa prodigiosa mano, situaciones de bloqueo directo, sobre todo con la lectura que hace el base Dani Pérez, y un abanico de ‘trampas’ que utilizan para poder competir hasta el final de los partidos. Defensivamente, se trata de un equipo de rachas, siendo capaz de ser castigado por no defender un simple corte y, a su vez, consigue tener verdaderas rachas positivas que le hacen venirse arriba.
Como hemos dicho anteriormente, los asturianos pueden despistarse en la defensa de un simple corte y tener problemas a la hora de defender las situaciones de ‘rizo’. Jugadores como Hernández-Sonseca y Dos Anjos, al ser tan grandes, les cuesta llegar en el momento justo a ese detalle.
El nivel de este equipo baja en las defensas de los bloqueos directos, ya que, al igual que antes, tanto a Edu Hernández-Sonseca como a Felipe Dos Anjos les cuesta defender ese tipo de bloqueos, y los melillenses lo sabemos sobradamente, dado que el año pasado teníamos el mismo problema con el pívot ahora en Oviedo, Hernández-Sonseca. El cuadro asturiano tiene un amplio repertorio de movimientos para terminar jugando 2×2 para bloqueo directo o bien para jugar directamente con Sonseca o Dos Anjos. Dentro de este repertorio, los de Carles Marco pueden jugar situaciones iniciales de ‘mano a mano’ para, posteriormente, jugar 2×2 y otras sacando al exterior de línea de fondo para jugar la misma opción.
En el juego con los grandes, pueden utilizar distintas alternativas, bien haciéndolo directamente interior o bien con distintos inicios para terminar castigando el poste bajo con Hernández-Sonseca y Dos Anjos.
Por otro lado, el equipo que dirige el melillense Alejandro Alcoba necesita, una vez más, ganar o ganar. En Lugo se vio a un Melilla Baloncesto en progresión (lentamente), aunque su situación en la tabla clasificatoria demanda victorias. Y es que ya acumulamos 7 derrotas, las mismas con las que terminamos el curso pasado. El cuadro azulón deberá ser más constante en su juego interior, minimizar las 13 pérdidas que tiene por partido y, sobre todo, trabajar la defensa del rebote. En este último encuentro contra los lucenses fue una de las claves, con 12 rebotes perdidos.

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