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Dije adiós a mi Melilla querida

Como tantos otros. En mi caso fue un 20 de septiembre de 1970 y me preguntaba ¿Cuándo la volvería a ver? Quiero comenzar el año dejando a la “prole política tranquila”, meditando sus posibles “pactos / acuerdos” o “desacuerdos”. “Sus líneas rojas” que “probablemente” en algunos casos, podrían “desteñir”. Nunca he cantado “ni jota”, he tenido como se suele decir “muy mala oreja” y en mi caso más con mis tímpanos perforados desde pequeño, y bastante pérdida de audición por desgracia, esto va a más cada día y cada año. Grandes muy grandes Juanito Valderrama y Antonio Molina, dos grandes figuras desaparecidas pero afortunadamente, ese artilugio llamado ordenador, su Wikipedia o su Google nos proporcionan muchas satisfacciones y el poder escucharlos todavía. He echado mano de dos de sus mejores canciones como fondo y contenido de este merecido recuerdo-homenaje a mi Melilla y su gente, “El Emigrante y Adiós mi España querida”:
<>.

Así ocurría, era noche clara y nuestro buque-correo se alejaba de su atraque. Llevaba también por compañero a mi amigo Rafael, dos barrios unidos, su Batería Jota y mi Monte María Cristina, nos conocíamos de haber estudiado juntos en aquella “academia postal para Carteros Urbanos”. Junto a otros candidatos a funcionario postal solo aprobamos tres (Rafael Ramírez, q.e.p.d.-Juan Román y yo) en los bajos de nuestro edificio central de Correos y Telégrafos de toda la vida. Sí ese que como tal no ha debido desaparecer, su ubicación era y es la idónea para todos los melillenses, pero, amigos, ¡No manda el pueblo, manda la prole política! (ya me colé, cada uno es como es y aunque más arriba prometí no acordarme de ellos, lo siento, ha sido inevitable). Fui perdiendo de vista a mis padres, a mi novia, a mi hermano Manolo. Paco y Rafa ya estaban en la Península ejerciendo de funcionarios también, eran policías armadas ambos, mis tíos y primos más cercanos en mi Monte María Cristina también se acercaron a la despedida. Ahora no sé, pero antes eran así las llegadas y despedidas.

Mi mente, mientras se alejaba el barco cavilaba a mil por hora pensando en todos ellos, en mis queridos vecinos y amigos.

En ese Monte Gurugú cada vez más lejano, la Playa de San Lorenzo, Melilla la Vieja, el cementerio de la Purísima, lugar de paseo incluso con mi novia, su vivienda muy cercana en las primeras casas de Horcas Coloradas. Suponía en la lejanía a los Cortaos, con la Piedra Ahogá y la Piedra Cuadrá o la isla con aquellos grandes y suculentos mejillones. Las playitas, Aguadú y el muelle Colorao. Me preguntaba ¿Cuándo los volvería a ver? Marchaba rumbo a lo desconocido. Manresa nuestro destino. No había más remedio al cumplir los 18 años que buscar algo más seguro, y eso nos lo daba tratar de conseguir un puesto como funcionario, unos en Melilla y otros muchos fuera de nuestra Ciudad. Por dicho motivo me duele y bastante cuando “algunos” atacan a los empleados públicos como si fuésemos los culpables de la escasa capacidad de muchos de nuestros políticos a la hora de crear empleo, de crear puestos de trabajo e incentivar a la iniciativa privada para ello. Yo desde luego no me he sentido culpable nunca, todo lo contrario, he puesto todo el interés posible en desarrollar nuestra loable y bien considerada labor “carteril” con mucho orgullo y repartiendo entonces muchas alegrías a madres, padres, novias, soldados, etc., aquellas cartas tan personales escritas a lápiz y bolígrafo se acabaron y bien es verdad, que actualmente el Cartero es más bien recibido o buzonea otro tipo de correspondencia, menos interesante ni esperada, muchas dan disgustos (facturas, descuentos bancarios, posibles números rojos y notificaciones judiciales las más temidas).

Cuantifico unas 47 navidades las que desgraciadamente no he podido pasar en Melilla. Son muchas indudablemente, pero me acuerdo de todas las pasadas durante 18 años, las primeras que pasé lejos fue ya con 19. Te echo mucho de menos Melilla y he querido comenzar el año recordando el mucho cariño que te tengo y guardo siempre en mi corazón, con el cariño añadido que le tengo también a familiares y amigos residentes allí. Muchos suelen decir <>. Yo jamás lo he dicho, ni me he arrepentido tampoco de los 7 años vividos en Manresa y de los 40 en Castellón. Son circunstancias de la vida y sea donde sea debes amoldarte a ello.

Querida Melilla y queridos melillenses ¿Cuándo os volveré a ver? Mi mejor deseo para todos en este recién iniciado 2016. Por mi parte espero y confío que este 2016 sea el año después de 24 más o menos que no la veo, el volver a hacerlo.

PIES DE FOTO
1 Rafael Ramírez a mi izquierda, yo el centro que fuimos los aprobados y marchamos en 1970 a Manresa, y a mi derecha Antonio Moreno "Gordito"
2 En esta imagen con mi novia y Enrique Suárez con la suya en una mesa esperando unos pinchos, creo que era en feria.

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