En nuestro periódico nos hemos manifestado, coincidiendo con la opinión consultada de la mayoría de los melillenses, en contra de la Ley de Memoria Histórica, o Democrática, más conocida como Ley de Propaganda Antidemocrática, que el Gobierno socialcomunista intenta imponernos a los españoles.
Ahora una Consejería del Gobierno local, compuesto por 8 diputados de Coalición por Melilla, 4 del PSOE y 1 tránsfuga, con el apoyo del supertránsfuga Jesús Delgado, que obtuvo su acta de diputado presentándose como candidato de Vox, ha acordado demoler uno de los monumentos histórica y arquitectónicamente más notables de nuestra ciudad, el conocido como monumento a los Héroes de España.
Elena Fernández Treviño, hija de uno de los más conocidos, y en ese sentido históricos, del PP melillense, Luis Fernández Muñoz (llegó a ser presidente de Alianza Popular, lo que hoy es el PP), y nieta de un notable juez, Treviño, que tuvo un importante papel en la historia de nuestra ciudad, ha sido la que ha anunciado la demoledora noticia de la demolición del Monumento, aludiendo a que es “de inspiración franquista”.
Que CpM se haya unido a esa decisión es un error más de ese partido local, que desperdicia así el ser verdaderamente eso, un partido local que pudiera representar a todo tipo de melillenses que no quisieran votar a un partido de ámbito nacional. Que el PSOE se sume, es lo que se puede esperar del partido que pretende imponer la desmemoria histórica, porque la verdadera memoria no les conviene. Que el tránsfuga Eduardo de Castro, ex PP, permita esta destrucción monumental, era lo esperable en quien solo tiene el objetivo de mantenerse en la presidencia de la Ciudad los máximos días posibles. Que Jesús Delgado, elegido diputado de Vox, vote, con un voto decisivo, a favor de lo contrario de lo que su entonces partido defendía y hoy defiende, es un indignante fraude de ley, una monumental – y probablemente ilegal- tomadura de pelo a los melillenses.
Para la mayoría de los melillenses el Monumento a los Héroes es eso, un monumento, una estatua grande y bonita. Para los sectarios totalitarios ya se ve que no. Para los que solo ven a corto plazo y mantenerse en el poder es su único objetivo, ya se ve que tampoco. Destruir monumentos es un error monumental y los que incurren en el error lo terminarán pagando electoralmente.
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Destruir, un error monumental
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Que NO, que NO es un error demoler monumentos fascistas-franquistas... Que las huellas de los regímenes dictatoriales hay que destruirlas... Hay que aplaudir a las Señora Fernández Treviño por la noticia que nos ha adelantado.