Desde Iguazú a Niágara

La Naturaleza es una maravilla para el espíritu. Creada en el principio de los tiempos ha ido asombrándonos con su belleza y prueba de ello, una de las múltiples imágenes que cortan el aliento son los saltos del Río Iguazú que en uno de sus tramos aparece la Garganta del Diablo de 80 metros de alto, siendo la Cascada más espectacular, como también la de Niágara y tantas otras que sería interminable mencionar y que nos sacan un ¡oh! de belleza, así como de tristeza, porque ni cuidamos la Naturaleza ni parece ser que nos importe cuando arrasamos el medio ambiente con armas tan poderosas como nuestros egoísmos personales, locales, nacionales y mundiales.

La Columna Sanitaria de hoy va de otros saltos biológicos que producen caídas progresivas de la visión que pueden terminar en la ceguera; esos saltos son las CATARATAS oftalmológicas.

La Historia de la Oftalmología se remonta a hace 4000 años. La Oftalmología debe su existencia a la ciencia árabe; el texto “Memorándum para oculista” de Alí Ibn Issa no se quedó anticuado hasta el siglo XIX. En Occidente la primera descripción conocida de la catarata se debe a Aulio Cornelio Celso, en su libro “De medica”, que data del año 30 a. C.

Una Catarata es una opacidad del Cristalino del ojo, que actúa como lente de una cámara, enfocando la luz a medida que esta pasa hasta la parte posterior del ojo. Pueden ser uni o bilaterales según afecte a uno o a los dos ojos (cristalinos).

Las CAUSAS son múltiples y debemos distinguir entre Congénitas (aquellas que trae el Neonato; son más raras) y Adquiridas (Las que aparecen en los Adultos, lentamente, al ir envejeciendo y son más frecuentes que la anteriores). En muchos casos se desconoce la causa de su aparición. Hay una serie de Factores que Predisponen a su desarrollo, siendo el envejecimiento el más frecuente; también pueden acelerar su formación la Diabetes, inflamaciones y lesiones oculares, antecedentes familiares, uso prolongado de corticoides por vía oral, tabaquismo, cirugía por otros procesos oftalmológicos, exposiciones a radiaciones y a la luz solar (sin gafas de sol).

Los SÍNTOMAS pueden ser muy variados. Las cataratas aparecen a partir de los 60 años generalmente y progresan de forma lenta sin producir aún problemas de visión, que más adelante pueden incluir sensibilidad al resplandor, visión nublada o borrosa, dificultad para ver de noche o con luz tenue, pérdida de intensidad de los colores, halos alrededor de las luces e incluso ceguera en el ojo afectado si es una catarata de larga evolución que en estos casos se ven por familiares o amigos con mucha facilidad.

¿Qué medidas debemos observar ante la sospecha de cataratas hasta que nos vea el oftalmólogo? Son muy fáciles y consisten en no conducir de noche, evitar lugares con poca luz que pueden favorecer caídas y en personas mayores fracturas de caderas, usar gafas de sol en ambientes muy soleados, leer con buena iluminación y acudir lo antes posible al oftalmólogo que confirmará o no la existencia de catarata y le realizará las exploraciones necesarias y específicas para su tratamiento, que no es otro que la Cirugía.

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