El mundo digital se ha hecho parte de nuestra rutina diaria, nos levantamos y lo primero que hacemos es coger el móvil como si dependiera nuestra vida de ello, encendemos el ordenador y nos olvidamos de apreciar lo maravilloso de la vida como puede ser el sol anunciándonos la oportunidad de un nuevo día. No hay conciencia del tiempo que se pierde sumergidos en el mundo digital y el consumo irresponsable, por eso quiero partir de este pensamiento…
“Mírame a los ojos y te enseñaré el mundo”
Está bien usar la digitalización de manera moderada o cuando realmente es necesario, pero no de forma adictiva. Veo personas cada día que el hecho de dejarse el móvil atrás les crea una preocupación y una ansiedad asombrable. WhatsApp se ha convertido en nuestro lenguaje de comunicación, otros viven a través de Facebook e Instagram y los más pequeños han hecho de Tik Tok su ventana educativa. La pandemia ha afianzado estos comportamientos, pero ya es hora de volver a conectarse a la vida, interactuar como personas y normalizar nuestras habilidades sociales, tenemos que intentar liberarnos de esa necesidad de tener que estar conectados, volver a la realidad hacia nosotros mismos y de ahí hacia los demás.
Una manera sencilla de empezar la desintoxicación digital es darnos un respiro de las redes sociales y la tecnología, impulsar nuestras relaciones personales, ocupar nuestro tiempo en esas tareas pendientes, dedicarnos tiempo a nosotros mismos, practicar algún deporte o dejarnos llevar por la aventura de disfrutar de lo simple.
Cuando logramos desconectar, uno de los grandes beneficios que recuperamos es nuestro tiempo, nos sentimos más relajados, escuchamos más, somos más empáticos y practicamos de forma tranquila el autoconocimiento, entre otros y además nos sentimos más activos y valoramos más nuestro tiempo libre. Ahora que ya estamos adaptándonos a la nueva normalidad y empezando a retomar nuestras vidas, hacer un cambio de ambiente o de rutina puede ser muy saludable, estos pequeños consejos te pueden guiar:
Con esta pequeña visión quiero dar conciencia de que la digitalización es necesaria, pero no imprescindible, estar siempre bajo la mirada y la atención de terceras personas nos anula ese componente de intimidad y reflexión que todo ser humano necesita, sin olvidar nunca que nosotros somos el ejemplo de los más pequeños de la casa, por ello prestemos atención al uso responsable de ellos.
Para terminar, espero haberos ayudado y me despido con una reflexión mía…
“Cambia las señales,
rompe los planes y
atrévete a vivir
el momento”
Atte. Nora
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Desconectarse y vivir
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