De Castro acusa al PP de hacer necropolítica por afearle que los fallecidos hayan subido un 1.800% en Melilla

El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, acusó ayer al PP de hacer “necropolítica”, después de que dicha formación política le afeara el incremento de un 1.800 % de los fallecidos con coronavirus en la segunda ola en Melilla, lo que supone el mayor aumento en todo el mundo. Durante el Pleno de Control al Gobierno, el portavoz del PP, Miguel Marín, subrayó que los “datos de la desastrosa y caótica gestión del Gobierno de Melilla muestran su inoperancia y negligencia” en la pandemia, ya que la ciudad ha registrado mayores incrementos de contagios y víctimas en esta segunda ola respecto al resto del territorio nacional. Respecto a los contagios, el aumento en España entre el 21 de junio y el 26 de noviembre ha sido de un 532 %, mientras que en Melilla ha superado el 3.000 %, pasando de 138 a 4.004, una cifra que se habría visto reducida a 809 en caso de haber experimentado la misma tendencia que en el conjunto del país.
Pero Marín hizo hincapié en el aumento de un 1.800 % en las víctimas mortales que ha sufrido Melilla en los últimos cinco meses, pasando de dos a 38 fallecidos con coronavirus, un dato que se habría quedado en solo 3 si la ciudad autónoma hubiera tenido el aumento nacional, que ha sido de un 51 %.
“Esto no son simples números, son 38 personas fallecidas, 38 familias que no van a recuperar a su ser querido y 4.004 melillenses que han padecido esta enfermedad, muchos de los cuales siguen sufriéndola”, dejó claro el portavoz del PP en la Asamblea.

Cuestiones ajenas a la pandemia
En su opinión, Melilla ha llegado a una “situación catastrófica desde el punto de vista sanitario y económico” por la “irresponsabilidad, ineptitud, incompetencia y negligencia” del Gobierno regional, conformado por Coalición por Melilla (CPM), PSOE y Ciudadanos (Cs), porque “podían haber hecho mucho más y no lo hicieron”.
Es más, Marín acusó al Ejecutivo melillense de haber dedicado su tiempo “y el dinero de los melillenses”, durante los últimos meses, a cuestiones ajenas a la lucha contra la pandemia, algo de lo que acusó directamente a CPM, y que “De Castro y Gloria Rojas permiten”.
Así, se refirió a la creación de centros migratorios sin ser su competencia, como el albergue provisional de la Plaza de Toros y el centro covid de Altos del Real; la creación del centro de menores de Rostrogordo, así como a la “contratación a dedo” de, al menos, 200 trabajadores entre dicho centro y los servicios de limpieza y mantenimiento de parques y jardines, cuyos contratos han sido modificados.

“Necropolítica”
De Castro respondió al PP acusándolo de “usar a los muertos” y “hacer necropolítica”, una actitud que le parece “vergonzosa e impresentable” y que, a su juicio, supone una “demagogia poco apropiada usando a fallecidos y a gente que lo pasa mal” para atacarle.
“No tienen escrúpulos”, reprochó el presidente melillense al PP antes de afirmar que lo único que le interesa es hacer “política de tierra quemada en esta situación tan crítica y dramática con fallecidos y muchas personas que sufren” en una “estrategia de acoso y derribo al Gobierno para recuperar el poder perdido tras 20 años de ejercicio despótico”.
Frente a ello, y mientras el PP “sigue destruyéndose”, De Castro afirmó que su Ejecutivo prefiere trabajar, como a su juicio se evidencia en las diferentes actuaciones realizadas desde el inicio de la pandemia no solo en el ámbito sanitario, sino también en otros.
También acusó De Castro al PP de tener “obsesión” hacia su persona y de hacer “un uso retorcido y partidista” de la Asamblea para “un supuesto rédito político” al presentar “la misma interpelación” en los tres últimos Plenos de Control, dando lugar a una “pérdida de tiempo” y una “intoxicación” en lugar de colaborar.
Sin embargo, Marín le rebatió dejando claro que el PP ha presentado numerosas propuestas desde el inicio de la pandemia a las que el Ejecutivo melillense no ha hecho caso. “Dicen que han hecho cosas, pero lo habrán hecho muy mal, porque no han servido para nada cuando Melilla ha tenido los peores datos de España y, algunos, del mundo”.

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