Yo también fui a la Iglesia a pedir por la paz. El otro día. En la misa del Sagrado Corazón. También estaba allí, al igual que cientos de personas pidiendo por la paz. Y decía: ¡Señor! ¡Danos la paz! ¡Que la paz no se pierda! ¡Que la paz se mantenga" ¡Que la paz nos proteja! Yo estaba el otro día también, al igual que cientos de personas, pidiendo al Cristo, que sigue clavado en la cruz. Pedía por la paz…Algo me dijo interiormente:
- ¿Por qué paz me pides? ¿Por la paz de los indiferentes, que no quieren perder sus pequeñas parcelas, donde viven cercados de injusticias y números, sin ver más allá de sus propios egoísmos? ¿Porque paz me estas pidiendo? ¿Por la paz de los justificadores?¿Por la paz que permite que haya niños hinchados de hambre y abandono, mientras otros se hinchan de lujos y prebendas?¿Es esa paz la que me requieres? ¿La paz de los canallas envueltos en las sombras de respetabilidades, caudales y palabras, que asesinan a diario a millares de inocentes?¿La paz de los emboscados?¿La paz de los injustos?¿Tal vez me pides por la paz de los poderes deshonestos? ¿De los que abofetean el rostro de la vida con repartos injustos y juegos de truhanes? ¿Me pides por la paz de los sepulcros blanqueados? ¿Por la paz de las cartas marcadas? ¿Porque paz me estas pidiendo tu?¿Por la paz del pecado y la inmisericordia? ¿Por la paz de los injustos? ¿De los que amasan fortunas a costa de la miseria de otros hombres? ¿Por la paz de aquellos que se alzan poderosos y buenos ante la injusticia, la miseria, el temor y la debilidad de los pobres? ¿Por la paz de los fabricantes de pobres y mendigos, que se reparten protegidos, lo que otros ganan con su trabajo y su conocimiento?¿Porque paz me estas pidiendo? ¿Por la paz de los asesinos en nombre de sus propias libertades?
- Señor: Te pido por la paz de los hombres.
- ¿De los hombres? ¿De los hombres que convierten en basura lo que otros hombres reclaman como alimento? ¿De los hombres del poder, que engañan y atesoran con palabras de mentiras y gestos prepotentes, mientras envilecen y anulan el alma de otros hombres? ¿Me pides por la paz de esos hombres? ¿Por la paz de los despilfarradores en un mundo de miserias, de dolor y abandono?¿Quieres que siga manteniendo la paz de esos hombres?¿De los que asesinan el cuerpo con poderes protegidos y compran las conciencias con dinero que ellos ni siquiera ganan? ¿Por qué paz clamas?
- Señor, te pido por la paz de los débiles.
- ¿De los débiles? ¿De esos que viven cómodamente engañados como gusanos escondidos, esperando la venida de otro dios, que les vuelva a enseñar la valentía de la muerte amando a los demás? ¿Me pides por la paz de los cobardes?¿De los ficticios?¿De los que prefieren seguir viéndome clavado en una cruz para sus justificaciones y festejos, y no me alzan por encima de sus corazones en mi gloriosa resurrección, afrentando la soberbia y los repartos injustos, haciendo de sus vidas un ejemplo de mi obra? ¿Me pides por la paz de los tibios? ¿Soy yo un dios sin ejemplos ni entregas personales?
- Te pido Señor por mi paz.
- ¿Por tu paz?¿La paz que permite ver al niño tirado en una calle cualquiera y nunca has dado la cara por el? ¿Por qué me pides continuamente y siempre sueles dar el uno del millar que te sobra? ¿Por tu paz me pides?¿Tu paz de hipócrita ambicioso?¿La paz que hace creerte bueno porque vienes a verme clavado en esta Iglesia, y no me miras siquiera ,cuando estoy en los cuerpos de esas criaturas sucias y abandonadas?¿Es que quieres comprarme con flexiones y gestos?¿Con torpes oraciones aprendidas de memoria ,sin un átomo de sentimiento? ¡Jamás te he visto salir en defensa de aquellos que no defiende nadie! ¿Por tu paz me estas pidiendo? ¿Por tu aduladora paz hacia los fuertes, y tu hipócrita y engreída paz, hacia lo que consideras débil? Andrés, ¿por qué paz me estás pidiendo?
- Señor. No nos abandones y danos Tu guerra. ¡Danos Tu guerra! ¡TU GUERRA! ¡Que no nos falte nunca Tu guerra!
- Ya la tenéis. Y también mi recuerdo, para que os ayude a transformarla en paz. Porque la paz no se pide. LA PAZ SE GANA.
Buenos días, si es que verdaderamente los merecemos.
