CPM atribuye los cierres fronterizos y las inspecciones de trabajo a un “castigo” por la manifestación

Coalición por Melilla (CPM) mostró ayer sus sospechas sobre los cierres fronterizos del pasado fin de semana y las inspecciones de trabajo realizadas días atrás en almacenes ilegales del comercio atípico, ya que cree que pueden ser un “castigo” por la manifestación de comerciantes. En rueda de prensa, la vicepresidenta segunda de la Asamblea, Dunia Almansouri, sacó esta conclusión tras aludir a las declaraciones del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, quien se preguntó ante los periodistas si los dueños de estos almacenes estuvieron el día antes en la manifestación.
“Da que pensar. Durante muchos años se ha mirado a otro lado”, afirmó Almansouri, convencida de que tanto la Delegación del Gobierno como la Ciudad Autónoma debían saber desde hace tiempo de la existencia de trabajadores ilegales en los almacenes dedicados a las mercancías del comercio atípico.
A su juicio, ambas administraciones deberían haber actuado en este sentido antes “y no esperar a que hubiera una manifestación masiva para trabajar” en estas cuestiones necesarias.
Además, Almansouri se preguntó la razón de los cierres de la frontera entre Melilla y Marruecos durante el pasado fin de semana, días en los que “no hay porteo”, y además quienes cruzaron de un lado a otro tuvieron que esperar “colas de tres horas”.
“Da la sensación de que la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma quieren castigar a quienes se han atrevido a manifestarse en su contra”, apuntó la diputada cepemista, que dejó claro a ambas administraciones que en política no tienen cabida las represalias y es necesario escuchar a la ciudadanía y a los agentes sociales.

“Un peligro”
En este punto, pidió al Gobierno presidido por Juan José Imbroda que “se jubile” porque “es un peligro para Melilla”, ya que ha llevado a la ciudad “al abismo” y “la estampa que va a dejar después de 20 años es una ciudad fantasma, vacía, en la que todo el mundo que puede tiene una segunda residencia en Málaga para irse en cuanto pueda porque en Melilla no se puede vivir”.
“Esa es la Melilla de Imbroda, no la Melilla que yo recuerdo”, lamentó Almansouri antes de rememorar una ciudad con “un hervidero de gente, con una avenida y paseo marítimo alegres”. “Ahora es todo lo contrario”, aseveró la diputada de CPM, que pidió a los populares que no digan que esta ciudad está bien porque “es de tener la cara dura”.

“Melilla, un desastre”
En su opinión, eso supone intentar engañar a la opinión pública con titulares de prensa, ya que “Melilla es un desastre a todos los niveles”, como la frontera, la educación, la sanidad o la seguridad, entre otros ámbitos. “¿Qué queda de Melilla?”, quiso saber Dunia Almansouri, muy convencida de que esta ciudad “necesita un cambio radical ya” y no puede seguir “en la senda continuista” que ofrece el Gobierno del PP, del que dijo que “no sabe cómo salir adelante”.
Además, dijo no entender “la cerrazón” del Gobierno local y su presidente de “no querer sentarse con los empresarios” y “limitarse a decir que algunos han firmado el acuerdo de desarrollo económico”, a pesar de que en éste “no se ha plasmado absolutamente nada nuevo” porque “es más de lo mismo”, como la ampliación del puerto o los planes de inserción local.

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