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Conmoción por la muerte de Javier Imbroda

La muerte de Javier Imbroda ha generado una conmoción sin límites tanto en Melilla como en el resto del país. Desde que este domingo se conoció la noticia de su fallecimiento, después de más de cinco años luchando contra el cáncer, las redes sociales han sido una cascada de mensajes de pesar que continuaban sucediéndose aún después de haberse superado el día de luto decretado de manera oficial en Melilla.
Ayer, las condolencias continuaban a raíz de los mensajes que sus dos hermanos más conocidos, Juan José Imbroda, expresidente de la Ciudad Autónoma, senador y presidente del PP de Melilla; y Blas Jesús Imbroda, decano del Ilustre Colegio de Abogados, dedicaron a Javier Imbroda. Mensajes escritos desde el amor y dolor familiar que corroboraron lo que muchos ya sabían, y es la talla humana de Javier Imbroda.
Juan José Imbroda escribía lo siguiente: “Se fue mi hermano Javier, el pequeño de mi familia y el más Grande. Triunfó en lo que se propuso, deporte, empresa, política con su excepcional talento, pero sus mejores logros fueron su hombría de bien, respeto a los demás y su inmenso amor a su Familia! Está en el Cielo. Seguro!”.
Por su parte, Blas Jesús Imbroda también publicó su mensaje: “La vida que cuidas y amas inmensamente, se cae en un instante al suelo y se destroza en pedazos. Javier, mi hermano tan querido, mi apoyo, mi referencia, sin quererlo se fue, demasiado pronto. Gracias Javi por hacer siempre el bien y por querer hacernos a todos mejores en la vida”.
Las dedicatorias de los dos hermanos han sido una plataforma para que muchas personas de Melilla y de muchos otros lugares de España y del mundo dieran su pésame. Mensajes que se unen a otros muchos que ya hubo el domingo, entre los que se encontraban grandes personalidades del deporte y la política, numerosas y muy diversas entidades y partidos políticos de todos los colores y siglas.
El Colegio La Salle, del que Javier Imbroda formó parte, también arrió sus banderas para que ondearan a media asta por su pérdida, al igual que ya hicieron las de los edificios públicos de la Ciudad Autónoma.
Unanimidad en el pesar y la conmoción que evidencian que Javier Imbroda fue una gran persona, un gran profesional y un gran melillense. El día de luto en Melilla quizá se quedó corto para lo que merecía. Y probablemente también el homenaje que esta ciudad le hizo en vida en 2009, aunque algunos quisieran arrebatárselo a principios de esta legislatura. De hecho, lo aprobaron, aunque no lo materializaron, quizá conscientes de que hubiera sido una decisión incomprendida por todos pero, sobre todo, muy injusta para un melillense de pro como fue Javier Imbroda.
Descanse en paz.

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