El 23 de marzo de 2016, sobre las once y media de la noche, un ciudadano melillense fue interceptado en el puerto cuando se disponía a embarcar en el ferry dirección Málaga.
Tras realizársele un un cacheo, se le detectaron unos bultos en los muslos que resultaron ser un total de 10 pastillas de hachís que el acusado llevaba adosadas con cinta.
La droga transportada fue incautada, pesada y analizada, certificándose que se trataba de 1.000 gramos de hachís con una pureza del 26,9 por ciento y un valor estimado de mercado de 1.550 euros.
El joven acusado, que carecía de antecedentes, reconoció su participación en los hechos y por ello el Ministerio Fiscal le impuso una pena de las más bajas en grado, condenándosele a un año de prisión más el pago de 1.600 euros de multa.
Por no tener antecedentes, el joven no ingresará en prisión, si bien la jueza le recordó que deberá abstenerse de cualquier actividad ilícita durante los siguientes dos años, puesto que, de cometer cualquier otro delito, debería ingresar en prisión para cumplir la pena impuesta, sin perjuicio de la pena que se le impusiese por el nuevo delito.
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