Como un coche sin gasolina

Por Miguel Platón

Es bien sabido que un reloj parado da la hora dos veces al día. El todavía presidente Pedro Sánchez suele hablar para equivocarse, pero tuvo razón cuando a comienzos de 2018 dijo que un Gobierno sin Presupuestos es como un coche sin gasolina y debería convocar elecciones.

En aquel entonces presidía el Gobierno Mariano Rajoy. Aunque no tenía mayoría en el Congreso presentó unos Presupuestos, los cuales fueron aprobados a finales de mayo, poco antes de la moción de censura.

Sánchez ha incumplido por tercer año consecutivo el mandato constitucional que le exige presentar los Presupuestos antes del 1 de octubre. Este sólo hecho debería ser bastante para disolver las cámaras legislativas y convocar elecciones. Sólo una continuada falta de vergüenza explica que Sánchez y los suyos sigan en el poder como si nada. Ahora vuelven a mentir cuando dicen que negocian con otras fuerzas políticas para presentarlos en breve. No es cierto: ninguno de los socios de investidura reconoce participar en negociaciones con ese objetivo.

La doctora Montero, vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, no encuentra el camino de salida del laberinto. La quita de la deuda autonómica que promueve significa trasladar a todas las comunidades la deuda de una manirrota administración catalana. Literalmente, madrileños, andaluces, valencianos y castellanos deberían pagar el despliegue separatista de las “embajaditas”, que son completamente inútiles y sólo sirven para colocar amiguetes.

El siguiente paso, la “financiación singular”, pretende establecer un sistema privilegiado, al servicio de la misma estrategia separatista, a la que sirve el socialista que preside la Generalidad catalana, Salvador Illa, con el objetivo de mantener el respaldo de los partidos independentistas a la continuidad de Sánchez en el palacio de la Moncloa.

El planteamiento es muy dañino. Vulnera los intereses generales, al servicio de una banda -el sanchismo- cuya naturaleza sectaria es manifiesta.

Todo ello, además, engarza con la corrupción, que afecta a la familia del propio Sánchez, a una institución como la Fiscalía General del Estado, a los dos últimos secretarios de Organización del PSOE y a un número creciente de altos cargos y personal de confianza. Ya hay fecha para que el fiscal se siente en el banquillo y es probable que no tardemos mucho en conocer el día en que también se señalarán los juicios de la señora de Sánchez, Begoña Gómez, y el hermanito artista, David.

Tanto la una como el otro tienen una situación procesal bien comprometida. En ambos casos les ampara la presunción de inocencia, pero Gómez está siendo investigada por cinco supuestos delitos que pueden llegar a sumar 17 años de prisión. Ella misma se inculpó cuando dijo que la secretaria sólo atendía de manera esporádica algunos de sus intereses particulares, cuando la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha encontrado más de un centenar de correos electrónicos de esa naturaleza, enviados todos en horario laboral. La condena de la mujer del presidente del Gobierno no sólo es posible, sino incluso probable. Debería elegir entre Alcalá Meco o Soto del Real.

La situación del hermanito no es mejor, tras una comparecencia surrealista en la cual afirmó desconocer cuál era su lugar de trabajo. Está directamente involucrado el dirigente socialista extremeño, Gallardo. Uno y otro pueden verse también en la disyuntiva de elegir centro penitenciario.

Las cortinas de humo que lanza el sanchismo se desvanecen. Así ha ocurrido con la excursión de un grupo de extrema izquierda a la franja de Gaza. Es falso que su objetivo fuera ayudar a los civiles palestinos del territorio: en los barcos no había ayuda humanitaria alguna, que habrían podido enviar mediante diversas vías. La expedición tenía como finalidad apoyar a Hamás y combatir a Israel. Al servicio de su ideología de extrema izquierda y antisemita formaban parte del grupo algunos condenados por pertenencia a la banda terrorista ETA.

El grupito no tenía, en modo alguno, un respaldo social mayoritario. Sólo el de minorías extremistas y en determinados casos violentas. La Armada israelí les ha puesto en su sitio. ¿Y qué hacia el BAM enviado por el Gobierno? Una vez superado el efecto propagandístico, el tonto. Hubiera sido una locura que vulnerase la zona marítima de exclusión.

 

(*El melillense Miguel Platón fue director de Información de la Agencia EFE España, consejero de Radiotelevisión Madrid y director de Multimedia)

Acceda a la versión completa del contenido

Como un coche sin gasolina