La posible victoria de Donald Trump en 2024 podría desencadenar cambios políticos y económicos globales. Su política proteccionista afectaría a las exportaciones españolas y la relación con Marruecos podría agravar tensiones territoriales, impactando también la política migratoria.
El candidato republicano a la Casa Blanca ha conseguido imponerse a su rival, Kamala Harris, en estados clave como Carolina del Norte y Georgia. La victoria de Donald Trump en estas elecciones de Estados Unidos comenzará a tener pronto su efecto, no solo en EEUU, sino en el mundo entero. Las elecciones americanas han generado una gran incertidumbre en Europa y también en España. Hay dudas y temores sobre las consecuencias económicas que la victoria de Donald Trump pueda tener sobre la economía mundial.
La victoria de Donald Trump en Estados Unidos traerá consigo un gran reforzamiento del comercio nacional basado en sus políticas proteccionistas y aislacionistas. El candidato republicano podría aplicar nuevos aranceles de hasta el 10/20% para el comercio internacional y del 60% para el comercio con China. El hecho de que Trump apueste por una política arancelaria más estricta afectará directamente tanto a Europa como a España.
Un aumento de los aranceles afectaría directamente a las exportaciones españolas, haciendo que miles de empresas vieran incrementado el porcentaje de impuestos a pagar a la hora de hacer algún tipo de negocio con Estados Unidos. El sector del automóvil, así como las empresas dedicadas al sector del consumo serán aquellas que más noten este incremento de impuestos. Es de esperar que, de producirse el aumento de los aranceles, muchas empresas españolas traten de abrir nuevas vías de negocio en mercados emergentes como América Latina o África.
Además de la política económica que pueda implantar Trump, también preocupa en Europa la postura de este con respecto a la OTAN. Trump ha criticado en varias ocasiones esta alianza, lo que podría hacer que la presencia militar de Estados Unidos en la misma se viera reducida durante su mandato. Esta postura afectaría directamente a España, al igual que al resto de los estados miembros de la OTAN, ya que requerirá que asuman mayores responsabilidades en términos de seguridad y defensa.
Es muy probable que Donald Trump exija a los miembros de la OTAN que incrementen su gasto militar, lo que afectará directamente a la economía de nuestro país. También podría recortar el apoyo estadounidense a diferentes organizaciones internacionales en las que participa España, como Naciones Unidas (una organización muy cara y muy poco eficiente) o la OMS, afectando a diferentes proyectos en los que actualmente participa nuestro país.
Otro tema “caliente” es Rusia. Trump ha mostrado en el pasado una postura más conciliadora hacia el Kremlin, lo que podría alterar el equilibrio geopolítico en Europa y provocar cambios en la política de sanciones de la UE. Para España, que mantiene relaciones tanto con Estados Unidos como con Rusia, esta situación podría exigir una revisión de su postura en el marco europeo y una mayor coordinación con sus socios de la Unión Europea.
La relación con Oriente Medio, una región de gran importancia para los intereses estratégicos y energéticos de nuestro país, también está en juego. Si Trump decidiera modificar su postura en esta región, España podría verse afectada, especialmente en lo que respecta a la estabilidad del Mediterráneo y las rutas comerciales.
Donald Trump fue, en diciembre de 2020, el primer líder de un país democrático que reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Su regreso a la presidencia de EEUU enardece al palacio real marroquí. Su victoria electoral coincide además con el 49 aniversario de la famosa Marcha Verde que permitió al rey Hassan II adueñarse de esa colonia española.
Es posible que Trump no supiese en el año 2020 dónde estaba el Sáhara Occidental, pero su yerno, Jared Kushner, quería que Marruecos se incorporase a los llamados Acuerdos de Abraham mediante los cuales varios países árabes normalizaron sus relaciones con Israel. El precio que puso Rabat para establecer relaciones diplomáticas con Tel Aviv fue el reconocimiento de que el Sáhara es marroquí. Trump lo pagó sin titubear.
¿Cómo puede afectar la mala relación del Gobierno de Sánchez con Trump y la buena relación de este último con Marruecos en los casos de Ceuta, Melilla y Canarias y las reivindicaciones marroquís?
Es previsible que el resultado de un cóctel compuesto por un gobierno débil (el de España), un gobierno de EEUU muy cercano a Marruecos (presidido por un Trump no muy amigo de nuestro actual gobierno) y un gobierno marroquí envalentonado porque su “amigo americano” vuelve al poder, sea algo malo para España y favorable a las reivindicaciones (sin sentido) de Marruecos sobre los territorios españoles de Ceuta, Melilla y Canarias.
En cuanto a política migratoria se refiere, es sabida la postura restrictiva de Donald Trump, por lo que muchos españoles podrían verse afectados a raíz de su proclamación como nuevo presidente de los Estados Unidos. Los posibles cambios en la política migratoria podrían limitar el flujo de estudiantes y los intercambios académicos existentes a día de hoy, afectando también directamente al turismo entre ambos países.
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