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Cómo ayudar a los niños a superar el duelo de un ser querido

En España, a día de hoy, han fallecido más de 10.000 personas como consecuencia de la pandemia por el COVID 19. España está de luto y sufriendo un terrible duelo. Son muchas las familias que lloran la pérdida, pero no podemos olvidarnos de los más pequeños, del sufrimiento que también experimentan por la pérdida de sus seres queridos, por lo que tenemos que ayudarles a que elaboraren su duelo.
En nuestra sociedad, hablar de la muerte, a nuestros pequeños, suele ser complicado. Evitamos, por todos los medios, que no se enfrenten a esta realidad, la del final de la vida. Usamos términos del tipo “ya se ha marchado”, “está en un lugar mejor”, “ya está descansando” “está en el cielo”… pensando que al utilizarlos dejamos zanjados el problema. Algunas familias los apartan, llevándolos con otras personas (vecinos, amigos, familias…), para que no se enteren de lo ocurrido, ni de las circunstancias del fallecimiento. La intención es evitarles el dolor y el sufrimiento, pero el dolor, ante la pérdida, está garantizado.

Todos los menores, en función de la edad y la etapa evolutiva en la que se encuentren, deben comprender algunos aspectos sobre la muerte para poder elaborar un duelo normalizado y sobreponerse al dolor que supone la pérdida un ser querido. Son los padres o familiares con un estrecho vínculo con el menor, los encargados de explicarles esos aspectos.

Los niños más pequeños, (3 a 10 años) tienen más dificultades para entender la pérdida, desconocen el significado de la muerte, por ello, utilizan fantasías, pensamientos mágicos que le apartan de la realidad y que podrían complicar el duelo. Para paliar esa posible complicación y deterioro emocional, es fundamental que ese proceso vaya acompañado de explicaciones sinceras por parte de los adultos.

Lo más adecuado y recomendable, es que al menor, sobre todo a los de este grupo (3 a 10 años), se le pregunte de forma directa, para que ellos mismos cuenten qué conocen sobre la muerte, qué piensan de ella, de forma que sus familiares más significativos, puedan explicarles y completar así toda la información que desconocen y necesitan.

Cualquier persona necesita tiempo para asimilar la muerte. En el caso de los niños, además de tiempo para asimilarla, necesitan tiempo para comprenderla. Por tanto hablamos de un proceso, cargado de emociones, de fantasías y de posibles complicaciones.

Muchos adultos se preguntan “qué es lo que puede contar, sobre la pérdida, para que no se angustien”. La respuesta es fácil de conocer pero difícil de poner en práctica. Nuestros hijos deben conocer la verdad sobre el fallecimiento, pero hay que ir dándosela de forma gradual y adaptada al nivel de comprensión del niño, de lo que cada uno sea capaz de asimilar, acorde siempre al estadio evolutivo en el que se encuentre.

Las familias, cuando sufren una pérdida, es aconsejable que conozcan las cinco fases por las que un niño pasa durante todo el tiempo que dura el proceso de duelo, estas son:

Durante todo el proceso de duelo, podemos observar en nuestros pequeños, algunos de los siguientes comportamientos:

Algunas recomendaciones, para que los pequeños tengan un proceso de duelo adecuado:

El proceso de duelo puede durar de unas pocas semanas a un año. Si pasado este tiempo vemos que continúa un estado emocional inadecuado, o vemos que el niño no puede volver a vivir con normalidad su vida, entonces es el momento de buscar ayuda de un profesional que les oriente para que el duelo no se complique aún más.

En condiciones normales, estas recomendaciones son la que damos los profesionales de la psicología con el fin de que los niños puedan elaborar un duelo normalizado. Desgraciadamente no vivimos tiempos de normalidad. Los fallecidos, por coronavirus, no pueden ser velados por sus familiares, no podemos llevar a cabo el proceso de despedida de forma correcta. En esta crisis, los cadáveres tienen que ser almacenados en grandes morgues puesto que los servicios funerarios no dan abasto. En estas condiciones, adultos y pequeños necesitan reajustarse, adaptarse a una situación inédita. El duelo se podría complicar con estas novedosas condiciones, pero seguro que todos aprenderemos a llevar el dolor de la mejor forma posible y superaremos esta situación satisfactoriamente.

Una vez pase esta pandemia podremos realizar todos los comportamientos necesarios para despedir a nuestro ser querido. Mientras tanto, lo tendremos presente y lo recordaremos de la mejor forma posible.

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