“¡Claro que el precio es alto!, en la vida pocas cosas son gratis”

El que fuera vicepresidente de la Autoridad Portuaria ha escrito una carta en la que ha dado a conocer la decisión del Gobierno de Melilla y admite, tras su fallido intento de disputarle la presidencia del PP a Juan José Imbroda, que “en la vida pocas cosas son gratis”. Este es el escrito textual de Juan Díaz Morano que ha publicado en su perfil en una red social.
Mucho ha transcurrido y más acontecido desde mi última publicación. A sabiendas que los correligionarios de la "Stasi" interna husmean en lo publicado, no me atemoriza publicitar el acuerdo del Consejo de Gobierno del 7 de abril pasado. Me permitiré antes la licencia de reseñar el nexo de unión existente entre las imágenes mostradas, bien como deportista en la primera (1971), ejerciendo mi profesión en la siguiente (1993) y para concluir, prestando mi colaboración en corporaciones de marcado carácter político (2014). El cordón umbilical siempre fue el mismo, a saber: esfuerzo, dedicación, entrega y lealtad, además de contar con el respeto y la consideración de propios y extraños. Nadie puede contravenirlo, a los hechos me remito, por mucho que vociferen lo contrario o pretendan el descrédito. Mis nietas, "avispadas" donde las hayan, me tienen prohibido cantar hasta en la ducha, no obstante para los "muy" del karaoke les aclararé que mi lema vital queda recogido en una breve estrofa de la canción titulada "Sólo le pido a Dios" y dice así: "…que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente…". No comulgando con "ruedas de molino" y escapando al control de la actual monotonía totalitaria que todo lo envuelve. Hace nada alguien refería públicamente que le apasionaba la política, creo que fue lo más perverso del discurso. Otros, entre los que me encuentro, nos apasionamos por la libertad, libertad individual y colectiva, libertad para ejercitar el derecho que nos asiste, a tomar decisiones, a no someternos a lo injusto, a preservar valores y principios democráticos al margen de los resultados que nos deparen. En mi caso la decisión adoptada es evidente ¿Para qué la política sin el ejercicio de la libertad? ¡Claro que el precio es alto!, en la vida pocas cosas son gratis. La integridad, las convicciones, la discrepancia…, provocan siempre el desabrido descaro de aplicados "apesebrados" del turno de oficio, de igual modo que el atropello al libre pensamiento por quienes deberían favorecerlo, ¡ciertamente!, solo les apasiona la política a su medida. Terminando con los acordes musicales parafrasearé la letra de esa otra canción, aquella que dice: "…Sé… que las ventanas se pueden abrir, cambiar el aire depende de ti… Saber que se puede, querer que se pueda. Quitarse los miedos, sacarlos afuera. Pintarse la cara color esperanza… ¡Ea! a por el "micro" y a festejar el fin de semana. A lo que iba, al acuerdo urgente del Consejo de Gobierno a propuesta de su Presidente cesándoseme como vocal del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria y por tanto como Vicepresidente de tan alta institución. A ello nada que objetar, iba a decir "Dios me lo dio, Dios me lo quitó", lo retiro fuera que lo tomen al pie de la letra y "pasaporten" también al "Ser" supremo y a su coro celestial. Lo dicho, lo acepto sin pedir explicaciones, no las necesito, sé que desempeñé mis funciones a lo largo de tantísimos años con honestidad y entrega, constatándome el reconocimiento y el respeto, muy a su pesar, de la mayoría con los que he compartido experiencias y muchísimas horas de trabajo. A todos y cada uno de ellos gracias por lo que me enseñasteis, por lo que aprendí, por aceptarme como uno más. En la hora de la despedida y en el capítulo que ahora se cierra ocupáis un lugar privilegiado. Siempre a vuestra disposición.

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