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Ceuta y Melilla: de ser ciudades prósperas a ser un estorbo

Por Mimón Mehamed

Cuatro años después del cierre de la Aduana Comercial de forma unilateral y ya pasada la pandemia, seguimos con una frágil estructura socioeconómica y  con nuestras familias por debajo de las condiciones de vida en comparación al resto de españoles y europeos.

Aunque seamos europeos, para la Unión Europea nuestras ciudades no son consideradas europeas, sino del tercer país.

Por otra parte, siendo españolas, Marruecos sigue con su particular guerra fría contra la españolidad de las dos ciudades.

Nos encontramos en unos momentos y en unas circunstancias que indican los mayores riesgos para el futuro inmediato de los cerca de 200.000 ciudadanos que vivimos en Ceuta y Melilla.

Esto prueba que la crisis que padecemos es más grave de lo que parece, hemos sido las ciudades más castigadas que cualquier otra española o europea, no solo padecimos la pandemia, también el enorme daño causado a nuestra sociedad por el cierre de la aduana comercial y la falta de inversiones.

Aún cuando, el gobierno haya mostrado interés en el desarrollo del plan estratégico, pero ¿es esto posible sin una adecuada provisión de fondos de los Presupuestos Generales del Estado año 2023 para nuestras ciudades atrasadas?

Superamos la pandemia, que ha seguido su camino dejando atrás los días mas tristes, pero es el cierre de la frontera y de la aduana comercial, hace ya más de cuatro años, cuando empezaron los problemas, con signos claros de una profunda crisis que ha perjudicado al comercio y otros sectores, han dejado de ser un motor de crecimiento y se han convertido en un lastre, con la perdida de trabajo y el aumento de la miseria y la pobreza como jamás pudimos sospechar. Es el desastre de nuestro tejido productivo, de la frágil estructura socioeconómica sobre la que hemos levantado los pilares de nuestro progreso: el COMERCIO ATÍPICO.

En mi opinión, España y la Unión Europea lo sabían, ¡claro que lo sabían! nos hicieron creer que duraría toda la vida. Falta que alguien les diga: un momento, ¿quién va a pagar todo esto?. La respuesta la sabemos ahora: la factura la estamos pagando solo nosotros. ¿Por qué no se hizo nada? Los dirigentes sabían lo que nos esperaba, igual que lo sabemos nosotros, pero seguimos viviendo como si no pasara nada.

Fueron ellos los que nos hicieron creer que podíamos vivir del comercio atípico, dejándonos fuera de la Unión Aduanera, de Schengen, o de la pertenencia a las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea. No admito que encima carguemos con la culpa, quizá pequemos de una cierta inmadurez, pero a los ceutíes y melillenses nos falta reivindicar lo nuestro como algo que pertenece  a todos, y que debemos defender entre todos.

Hasta ahora, solo han sido reuniones, estudios, planes, pero España y la Unión Europea no son capaces ni siquiera de normalizar nuestras relaciones con Marruecos, mucho menos garantizar nuestra prosperidad y sostenibilidad como el resto de los europeos. Por tanto, yo creo, y se supone, que el gobierno actual el del Sr. Sánchez ha de velar todo el tiempo por Ceuta y Melilla. Necesitamos precisamente un estado fuerte para que haya algo que defienda nuestros intereses como españoles y como europeos. España o Europa no nos pueden hablar de prohibiciones, sino de regulaciones. El plan estratégico es para regular, mejorar nuestra situación de crisis, no para hacerte imposible la vida, ni para decir que no te toca. El gobierno no puede posponer el plan estratégico que ha defendido por más tiempo.

El cierre de la aduana comercial de la frontera y las crisis migratorias (la ultima la invasión de Ceuta), nos ha demostrado una vez más que nuestro statu quo actual no puede producir soluciones en beneficio para Ceuta y Melilla.

En el próximo artículo también vamos a demostrar lo que sucede en las relaciones con la UE, que la continuación del statu quo actual es un serio obstáculo para el desarrollo, el bienestar y la libertad. Para que seamos capaces de expresar nuestras opiniones al más alto nivel, es esencial salir del statu quo que tenemos.

Nuestro futuro económico no puede someterse a Marruecos.

Estoy convencido de que tenemos que sujetarnos con más fuerza a España a través de los PGE y a la Unión Europea con las RUP.

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