El ministro de Justicia, Rafael Catalá, fue el encargado de entregar la Orden de San Raimundo de Peñafort al decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (Icame), Blas Jesús Imbroda, y al jefe superior de la Policía, José Ángel González, que obtuvieron esta distinción por contar con los méritos y la excelencia de sus carreras judiciales. Los galardonados, además, recibieron el calor de sus compañeros, que abarrotaron el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea para acompañarles en el acto. El propio ministro alabó la intachable trayectoria de los dos condecorados y recordó que esta distinción solo la reciben los que “demuestran ser los mejores servidores públicos”.
En palabras del ministro de Justicia, Rafael Catalá, la Orden de San Raimundo de Peñafort sólo la reciben aquellos que «demuestran ser los mejores servidores públicos» en las carreras judiciales. En esta ocasión, el propio ministro fue el encargado de entregar en mano la distinción por méritos al jefe superior de Policía en Melilla, José Ángel González, y al decano del Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda.
El Salón Dorado del Palacio de la Asamblea se llenó de compañeros del mundo de la abogacía y del cuerpo de la Policía, además de contar con la presencia de los representantes del Gobierno local. «Han querido acompañaros muchas personas. Esa es la mejor demostración del afecto y del reconocimiento de todos los que os conocen», aseguró Catalá antes de otorgar las medallas.
«Me consta que están encantados contigo», aseguró el ministro dirigiéndose al jefe superior de la Policía Nacional, de quien destacó su capacidad para «ser un buen jefe», como así lo definen sus propios compañeros. El ministro valoró la intachable carrera de González, repleta de reconocimientos. Sobre él alabó su trayectoria, en la que ha trabajado como un “funcionario público abnegado», dispuesto a hacer de «protector de los derechos de los ciudadanos».
El ministro también puso en valor la «humanidad» y el «compromiso» del decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda. Sobre él señaló su meticulosa capacidad de organización, su constancia, su continua formación, así como toda una vida dedicada al servicio de la abogacía. «Es inteligente, brillante, con intereses diversos…», continuó argumentando Catalá para subrayar lo merecida que era la concesión a Imbroda de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Reconocimiento al equipo
Los dos condecorados agradecieron en un emotivo discurso haber sido reconocidos con tal alta distinción, algo que, como subrayaron, no hubiera sido posible sin la ayuda del equipo con el que desarrollan a diario su trabajo. En palabras de Imbroda, la Orden de San Raimunundo de Peñafort será un aliciente para “seguir con más fuerza en mi compromiso como abogado en la lucha por la defensa de los derechos de todas las personas”. González, a su vez, incidió en que, pese a “los tiempos difíciles y complejos, seguiremos trabajando para cumplir nuestra obligación con los ciudadanos melillenses”.
B. J. Imbroda: “La abogacía te respeta”
En el acto de condecoración también hubo palabras de agradecimiento para el ministro de Justicia. El decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda, aprovechó la ocasión para trasladar a Catalá el sentir de la abogacía melillense. «La abogacía te respeta», aseguró. Así, Imbroda destacó que la llegada de Catalá al Gobierno había marcado «un antes y un después» en el mundo de la Justicia, precisamente, por su «capacidad de diálogo», por su «sensibilidad» y su «servicio». Por este motivo, el condecorado sostuvo que era todo un honor recibir la Orden de San Raimundo de Peñafort de manos del ministro, una satisfacción que también fue compartida por el jefe superior de la Policía Nacional en Melilla, José Ángel González.
