Carta desde La Purísima XXXIX

La «Carta» de hoy la escriben, tres cabos del Bon. de Arapiles nº 9, perteneciente a la 1ª Brigada Mixta de Cazadores de Madrid, a cuyo mando estaba el General D. Guillermo Pintos Ledesma, y como Jefe de Estado Mayor, el Comandante D. Carlos Alonso Novella, y dice así: «Queridos melillenses: Me llamo Leandro Martín Rollón, y soy Cabo de Infantería, del Bon. de Arapiles, nº 9… … Les estoy escribiendo desde el Panteón de Margallo, junto a dos compañeros de mi mismo batallón. Hace 21 años nací en un pueblecito de la provincia de Ávila que se llama: Navatalgordo, y creo que mi madre me trajo a la vida en una calle cercana a la de Los Caños. Este pueblo dista pocos kilómetros de Navaquesera. Y como les decía antes, tengo a mi lado al extremeño, Ángel Martín García, también soltero, nacido en Casas de Monte, en la provincia de Cáceres, y a Esteban Macarrón Cabrerizo, con novia en su pueblo, San Esteban de Gormaz, en la provincia de Soria. Esteban me dice que nació en la Calle Mayor, cercana a la Carretera de Valladolid. Los tres somos Cabos de Infantería, del Bon. de Arapiles, nº 9. Debo decirles que junto a muchos compañeros de otros batallones, nos mataron los moros, el 27.07.1909, en el Barranco del Lobo.
Ese mismo día, en la Loma de los Lavaderos, también cayó de un cobarde disparo, en el ojo izquierdo, nuestro General, D. Guillermo Pintos Ledesma, cuando estaba al mando de los Batallones: Madrid nº 2, Barbastro nº 4, Figueras nº 6, Las Navas nº 10, Llerena nº 11, el Escuadrón de Caballería María Cristina nº 27, un grupo de tres baterías del 2º Rgto. de Montaña (Vitoria), 2º Mixto de Ingenieros, Administración Militar y una Sección de Ambulancias; y también del nuestro, Arapiles nº 9. El General se encuentra en la fila 3, nº 5, del Panteón de Margallo; y desde allí, cargado su pecho de cruces y medallas, nos anima a todos los que nos cruzamos a su paso, con cariñosas palabras. A veces lo vemos charlando con nuestro Capitán, D. Droctoveo Castañón, y el Teniente Coronel, D. José Ibáñez Marín, del Figueras nº 6, muerto el jueves 23, en Los Lavaderos, el mismo lugar donde nos mataron a nosotros.
Queridos lectores: Desde este apacible lugar, que merece ser cantado por cualquiera que posea el alma limpia, nos despedimos de ustedes, con un fuerte abrazo, no sin antes rogarles que al pisar este camposanto, con una pequeña sonrisa, recen una oración por nuestras almas».
Yo creo que lo que estos héroes nos transmiten, con sus peripecias de líricos vuelos por nuestro cielo azul, son sus humildes canciones de gloria, impregnadas en una columna de cenizas de sergas, hazañas que alcanzaron cuando ofrecieron sus vidas por la Patria. Estos Héroes españoles, poseen la sublime compenetración, por un imaginario hilo umbilical, de la Madre Patria, con la Madre Tierra. Esa es la verdadera, y única, realidad que poseen todos los que descansan en estos silentes patios de La Purísima.

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