Carta al Comandante General de Melilla, D. Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu

Hablo en nombre de mis compañeros sin dudarlo, al expresarle a usted nuestro mayor agradecimiento por su invitación, así como nuestra felicitación más entusiasta al Ilmo. Sr. Coronel Jefe del Tercio I de la Legión D. Antonio Romero Losada, por el mando que ostenta sobre unas fuerzas que serían la envidia de cualquier militar de cualquier nación, y extenderlo a su inmediato subordinado el Teniente Coronel del Tercio D. Fernando de la Torre por su cercanía para con todos nosotros. Por Manuel Piné Méndez
(Murcia)

Excmo. Sr. D. Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu
Comandante General de Melilla

Excmo. Sr.

Como está VE informado, hace unos días hemos visitado Melilla un grupo que nos autodenominamos "Kostka´66". Este grupo está formado por españoles de lo más variopinto, y en él encontramos a todo tipo de profesionales, empresarios, ingenieros de varias especialidades, médicos, notarios y abogados. Todos caminamos en torno a los 65 años de edad, y a todos nos une el hecho de haber compartido entre los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, la experiencia haber recibido la misma formación en el Colegio San Estanislao de Kostka de Málaga, de la Compañía de Jesús, en la promoción de 1966, muchos de nosotros además, en régimen de internado. Esta formación nos educó en los valores entonces en boga y que hoy echamos tanto en falta como son la devoción a la Patria, el cumplimiento del deber antes de exigir nuestro derecho, el compañerismo, la Fe y, sobre todo, el sentido del servicio a los demás.

Nuestra visita a Melilla ha sido de enorme riqueza a la hora de conocer sobre el terreno su historia y su grandeza al tiempo de compartir las inquietudes de estos compatriotas siempre tan presentes. Pero esta riqueza atesorada se ha subido hasta la galleta, si me permite el término marinero, cuando hemos asistido al acto legionario en el que se celebraba su 94 aniversario, acto al que hemos tenido el honor de asistir gracias a la invitación con que VE nos honró.

Hablo en nombre de mis compañeros sin dudarlo, al expresarle a usted nuestro mayor agradecimiento por su invitación, así como nuestra felicitación más entusiasta al Ilmo. Sr. Coronel Jefe del Tercio I de la Legión D. Antonio Romero Losada, por el mando que ostenta sobre unas fuerzas que serían la envidia de cualquier militar de cualquier nación, y extenderlo a su inmediato subordinado el Teniente Coronel del Tercio D. Fernando de la Torre por su cercanía para con todos nosotros. Compartir este día con El Tercio ha sido la experiencia que más nos ha elevado el sentir de que somos españoles y que esos valores que aprendimos los teníamos delante en aquella explanada con mucho que aprender todavía por nuestra parte para intentar igualar a los allí se encontraban.

Mi general: Recuerdo haber leído que Patton dijo una vez que el valor consiste en no anotar el miedo en la libreta. Estoy seguro de que usted cuando pasó revista, ni desde luego ninguno de nosotros, vio una sola libreta en aquella formación. No hacían falta. En los rostros de los legionarios formados se leía la palabra decisión y en su actitud se veía firmeza y lealtad en todo momento. Lealtad hacia unos oficiales en los que al dar la novedad se oía la voz dispuesta en cada momento, al igual que en la respuesta que daba el Teniente Coronel a cada oficial. En ningún momento se dejaba entrever la punta de dejadez que acompaña a la rutina del acto reiterativo, sino la firmeza que convierte la voz en acto de servicio. Por último, la alocución del Coronel, quizás sin pretenderlo, nos recordó a todos lo que allí estábamos, lo que somos y lo que debemos seguir siendo, pues aquel espíritu que nos infundieron de valores permanentes estaban allí como verdadera muestra del "Trabajo bien hecho" que es a lo primero que se debe aspirar.

Nuestro querido amigo y compañero Guillermo Benet nos ha puesto al corriente de su interés y el del Sr. Coronel, así como el del Teniente Coronel por saber que todos habíamos regresado sin novedad a nuestros lugares de origen, y eso, mi general, nos ha hecho creernos algo legionarios al sentirnos, aunque sea en ese detalle, inmersos en el segundo espíritu del credo.

No quiero terminar estas palabras sin hacer un comentario que estimo de interés, y,
con su permiso, quiero nombrar en este escrito a un Brigada, de quién solo recuerdo, y le ruego me disculpe, su apellido, que es Villatoro. Este Brigada nos hizo de guía en el Museo del Fuerte de la Victoria y realizó una exposición brillante, sencilla, amena y, sobre todo, rigurosa, de la Historia de la Legión en Melilla, desde su desembarco cuando tras el Desastre de Anual salvó a la Ciudad de la casi segura ocupación por las kábilas enemigas, hasta la actividad diaria y cotidiana que los hombres del Tercio llevan a cabo hoy día. Vaya pues también nuestra felicitación al Coronel del Tercio I de la Legión, por tener bajo su mando soldados como este Brigada.

Y nada más, mi general. Cierto que en nuestra promoción solo hubo, que recuerde, dos vocaciones militares. La primera frustrada en plena juventud cuando en un fatídico accidente falleció nuestro compañero Eduardo de Pablos mientras preparaba su ingreso en la Academia General de Zaragoza. La segunda la de quien se atreve a escribir estas letras, que, los años hacen que las vergüenzas sean menores, no consiguió superar las pruebas de ingreso en le Academia Naval. Pero es lo cierto que todos hemos cumplido con nuestro deber para con nuestra Patria desde el puesto que la Providencia nos ha deparado, y es por ello por lo que le ruego se imagine por un momento a este grupo de sesentones bien pasados, formados ante su coronel y acompañándole en sus gritos de ordenanza:

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
¡¡¡VIVA EL REY!!!
¡¡¡VIVA LA LEGION!!!

Murcia en el día de Santa Tecla del 2014
Manuel Piné Méndez
DNI 31802542M

Acceda a la versión completa del contenido