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LA SEMANA- El fondo y las formas.

Pedro Sánchez en alpargatas

No sorprende ya a casi nadie (aunque debiera) que nuestro Presidente “Pinocho, el ausente” Sánchez, mientras otros muchos mandatarios europeos (Emmanuel Macron, Angela Merkel, Boris Johnson-criticado, por haberse demorado demasiado, pese a suspender el domingo 15 sus vacaciones-, Mario Dragui, etc.) suspendían sus vacaciones , daban explicaciones públicas o reunían de urgencia a sus respectivos gabinetes para trazar una respuesta conjunta a la crisis provocada en Afganistán con la caída de Kabul, siguiera disfrutando, como si la cosa no fuera con él, de sus plácidas vacaciones en Lanzarote. Lo arregló todo con tres tuits.

A diferencia de España, la mayoría de líderes europeos cuyo país cuenta con embajada o consulado en Kabul expresaron, de forma rápida, su preocupación por la grave situación que se vive en el país, dieron explicaciones públicas sobre los posibles escenarios y se reunieron de urgencia con sus respectivos gabinetes para trazar una respuesta conjunta ante la crisis. Mientras, miles de personas intentaban (y lo siguen intentando otras muchas) desesperadamente huir del país lo antes posible.

El 10 de Downing Street anunció el pasado lunes la intención de Johnson de presidir una reunión de urgencia de los líderes del G-7 para abordar la crisis afgana, haciendo un llamamiento a la “unidad” para “prevenir” una crisis de refugiados.

También compareció, a principio de la semana pasada, la canciller alemana, Angela Merkel, que se convirtió en la primera mandataria europea en asumir el “mea culpa” por la caída de Afganistán a manos de los talibanes 20 años después. “Todos, y por eso asumo mi responsabilidad, hemos evaluado erróneamente la situación”, expresó, para tildar de “amarga” la realidad, especialmente difícil en el caso de las mujeres, a la que ahora se enfrentan miles de civiles afganos.

 Tanto Merkel como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunciaron sendas iniciativas para hacer frente a una posible crisis migratoria de refugiados afganos y el mandatario francés también se manifestó públicamente para solicitar una alianza entre Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea que evite que Afganistán se convierta en un “oasis para terroristas”.

El peso de España es cada vez menor en el panorama internacional y las actitudes pasotas de Sánchez ante un problema global que va a afectar de manera especial a España (somos el paso natural de posibles terroristas), no ayudan a que la cosa mejore.

Las formas de Sánchez son pésimas: parece que los ciudadanos estamos para servirle cuando es él el que está para servirnos (vive muy bien con lo que le costeamos todos) a todos nosotros. Pero el fondo es aún peor: le da igual todo lo que no sea permanecer en el sillón y no tiene reparos en ceder parte de España; en tener en vilo a muchos afganos que necesitan nuestra ayuda (o morirán); etc. ¡Su aparición en pantuflas es de vergüenza ajena! Su fondo no tiene remedio, pero alguien debería hacerle ver que las formas son, a veces, muy importantes.

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Redacción

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