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“En la conferencia trataré las vicisitudes de la intervención colonial y la herencia cultural e histórica que España dejó en Marruecos”

Imagen de Marcos Roberto Pérez González

Marcos Roberto Pérez González será el encargado de ofrecer la conferencia “España y el Rif: Cien años de historia compartida”, organizada por la UNESCO Melilla, que se celebrará esta misma tarde, a las 20:00 horas, en el Salón de Actos del Campus de la UGR de la Ciudad.

– En nuestra entrevista de hoy hablamos con Marcos Roberto Pérez González, propuesto por la UNESCO Melilla como ponente de la Conferencia “España y el Rif: Cien años de historia compartida”, que se celebrará esta misma tarde, a las 20:00 horas, en el Salón de Actos del Campus de la UGR de la Ciudad. Sin más preámbulos, comencemos con algunos datos biográficos


– Nací en Melilla, estudié Sociología e Historia y me doctoré en Relaciones Internacionales por la Universidad de Santiago de Compostela.
Actualmente soy funcionario de carrera por el Ministerio de Educación, como profesor de Geografía e Historia.
Soy de los que piensan que uno tiene  que estar formándose durante toda su vida.

– ¿Cuándo comenzó su relación con la UNESCO Melilla?

– Mi relación con la UNESCO viene de hace muchos años. En primer lugar por mi amistad con su presidente, Juan Antonio Vera y con otros miembros del Centro Unesco, donde a partir de esa relación de amistad, comencé a participar colaborando en varias actividades culturales, ofreciéndome a su vez, la posibilidad de realizar algunas conferencias enmarcadas en la UNESCO, fundamentalmente, de tipo histórico.
En resumen, una colaboración desinteresada, basada en mi amistad con algunos de sus miembros.


– Con respecto a la conferencia que ofrecerá esta tarde ¿Por qué el título “España y el Rif: Cien años de historia compartida”?
– Es el título que escogí para contar las vicisitudes de la intervención colonial en primera instancia, y después un poco, lo que fue la herencia cultural e histórica que España dejó en el territorio.
Básicamente la Conferencia se dividirá en estos dos aspectos. En ella, intentaré analizar varias políticas que se llevaron a efecto en la zona. Para mi existen cinco elementos importantes que permiten enmarcar una acción colonial en condiciones, no una simple intervención militar que no lleva absolutamente a nada, excepto a explotar económicamente, en muchos casos, al territorio.
El colonialismo es polimorfo a lo largo de la historia. Han existido muchos tipos de colonialismo y por tanto, podemos diferenciar entre unos y otros.
En el caso del Rif, pienso que estos cinco elementos caracterizan bien la intervención colonial española, que intentó ser, en el fondo, y a pesar de muchos años de guerra, benéfica para Marruecos, porque entre otras cosas, es lo que establecía el Tratado del Protectorado de 1912, como fueron por ejemplo, la creación de una nueva Administración, la política territorial y sobre todo el urbanismo, además de dos políticas muy concretas como la Educación y la Sanidad. Elementos que hasta la intervención colonial, habían estado ausentes, salvo alguna administración muy embrionaria en alguna zona del Sultán.
La urbanización del territorio, es clave para cualquier proceso de colonización. Recordemos que España llegó a crear dos ciudades nuevas en el Rif, como fueron Villa Sanjurjo y Villa Nador; un elemento muy importante que permitió articular el territorio además de otros pueblos de colonización agrícola o poblados de carácter militar, que también permitieron articular el territorio.



– Durante el Protectorado, qué papel jugó España con respecto a Francia?
– En principio, lo que parecía ser un papel subordinado en el que, desde un punto de vista político, Francia lo que pretendía era controlar el Protectorado, al final se convirtió claramente, en lo que yo califico como dimorfismo colonial, en el que el protectorado francés se fue por un lado y el español por otro; a pesar de que hubo coordinación para algunas actuaciones, por ejemplo, en obras públicas comunes, que afectaban a ambos territorios, como la construcción de embalses, de carreteras o de una vía férrea, para ir de Tánger hasta Fez y que pasaba por territorio español.
A mi entender, nunca existió esa subordinación que Francia hubiera querido, por eso, el caso de Marruecos, refleja muy bien lo que califico de dimorfismo colonial, porque cada potencia, implementó unas políticas distintas y diferentes en cada parte del territorio que ocupó y que posibilitó una evolución de forma distinta, como se pudo ver posteriormente en 1956.
Entonces, es importante destacar que España nunca estuvo subordinada y que tuvo su propia política. A pesar de los pocos recursos y muchos problemas, tales como las guerras de Marruecos, el golpe de Estado de Primo de Rivera, el caos de la II República, la Guerra Civil, la dictadura franquista o el aislamiento internacional, logrando un cambio radical de su Protectorado y en concreto del Rif, que era la zona históricamente más marginada y empobrecida.

– Centrándonos en la actualidad y como Doctor en Relaciones Internacionales, ¿Qué cambiaría de la política que está llevando a cabo España en sus relaciones con Marruecos?
– Cambiaría la propia concepción de la política exterior, que considera a Marruecos como socio preferente en el conjunto magrebí, a diferencia de la política que se llevó a cabo durante la transición a la democracia, que entonces se calificó como política de equilibrio.
En mi opinión, el problema de España, que ha quedado patente en la última crisis, es precisamente ese, que es incapaz de cambiar los fundamentos de su acción exterior, considerando que esta crisis tendría haber sido una oportunidad para cambiar la acción exterior, al final se va a quedar, como decimos coloquialmente, en agua de borrajas. Creo que el Gobierno español se ha equivocado, porque tendría que haber dado un giro a esa política exterior para volver a la política de equilibrio; es decir, dejar de considerar a Marruecos como socio preferente y empezar a vislumbrar con claridad cuáles son las zonas de interés, en este caso, en Marruecos, que tengan más vínculos de tipo histórico y cultural con España y que son las circundantes a las ciudades de Ceuta y Melilla, como no podía ser de otra manera.
Pienso que en esos dos ejes debería empezar a plantearse algún cambio en la acción exterior española, pero claro, para llegar a ello hace falta también, un consenso entre las grandes formaciones políticas y, como ha quedado claro, en el caso de Brahim Gali, presidente del frente polisario, la división entre los partidos políticos y la politización del tema marroquí, dentro del ámbito político interno, imposibilita cualquier tipo de consenso.



– ¿Le gustaría añadir algo más?
– Como colofón a esta entrevista, me gustaría destacar que pese a los impedimentos, los ataques, los procesos de arabización y marroquinización del Protectorado del Norte y en concreto, del Rif; las sinergias culturales que existieron, han estado manteniéndose después; como así lo demuestran distintos hechos y avatares históricos que se han ido sucediendo, sobre todo en Melilla, que sigue ejerciendo un papel cultural importante sobre toda la zona. La lengua española sigue viva en el entorno más cercano de la Ciudad, existiendo además, una especie de conciencia colectiva en algunos sectores sociales rifeños, en torno al papel que España jugó en su momento y en el que podría jugar hoy en día, como defensora de, vamos a llamarlo, inquietudes del pueblo rifeño, que anda todavía sumido en una especie de mar de lágrimas, con sus pequeñas revueltas cada cierto tiempo, contra el poder centralizador marroquí de Rabat.

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Rosa Mª Martínez

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