En lo que se refiere al último cuarto del encuentro, el preparador melillense reconocía que tuvo la sensación de que a sus jugadores “les quemó el balón en
las manos y nadie quiso afrontar los tiros”, resaltó. Alejandro Alcoba comenzaba ayer su comparecencia de prensa asegurando que, pese a la clara derrota que sufrieron en el Pabellón de Fontajau, el encuentro estuvo “mucho más competido de lo que refleja el marcador”.
Entrando en profundidad sobre lo que aconteció en el choque en tierras gerundenses, el técnico del Melilla Sport Capital Baloncesto explicaba que “en la primera mitad se jugó al ritmo del Girona”. Además, incidía en que a los suyos les costó “ser regular durante el inicio”, mientras que ellos lograban coger “una ventaja de seis y ocho puntos gracias a su juego de bloqueo directo”, resaltó.
El preparador azulón se quedaba con el tercer periodo realizado por sus jugadores, que cree que supuso “un punto de inflexión, merced a la defensa y al acierto desde la línea de tres”. Un buen momento que, sin embargo, “duró poco”, dado que en los instantes finales el rival se escapó de forma definitiva en el luminoso. Alejandro Alcoba atribuyó esta circunstancia por “mérito del Girona, en su defensa, y también por los errores” de sus pupilos sobre el parqué de ‘Fontajau’.
Ya en lo que se refiere al último cuarto del partido, Alejandro Alcoba tuvo la sensación de que a sus jugadores “les quemó el balón en las manos y nadie quiso afrontar los tiros”.
Por todo ello, el vestuario del decano se ve abocado a tener que sufrir en el epílogo de una temporada, en la que “toca jugársela hasta el último momento”, concluyó su análisis el entrenador melillense.
