Adiós, estimado amigo Fernando

La triste noticia me la dio mi mujer a mediodía del martes, festividad de la Inmaculada Concepción y no la podía creer. Estaba escribiendo algo sobre la Navidad, días tan entrañables para todo el pueblo Cristiano y quería recordar en esas líneas aquellas navidades junto a mis padres, mis hermanos cuando mi niñez, me quedé en blanco cuando me dijo que te habías ido de esta vida, de forma tan injusta,…

…aunque todos venimos a ella pendientes de quién decide el momento en que desea recogernos, Dios Nuestro Señor, y a Él le ruego que te acoja en su Santo Seno y te conceda la paz y el descanso eternos.

Te conocía desde muy pequeño, cuando junto a sus padres vivíais en la calle Padre Lerchundi para, al paso de los años, hacer una buena amistad personal y, más adelante, profesionalmente. De pensamientos políticos distintos, jamás llegamos a discutir. Cada uno daba su opinión y ambos la respetábamos, no como ahora que es más frecuente tirarse los trastos a la cabeza unos contra otros.

La última vez que nos vimos hablamos de aquel programa que dirigías y moderabas que emitía Televisión Melilla, “El Retrovisor”, ¿lo recuerdas? ¡La cantidad de personas que pasó por él y el gran éxito que cosechó en toda a ciudadanía melillense!, y me dijiste, “si pudiera lo ponía en marcha otra vez”, y yo te contesté cuenta conmigo. No lo ha querido el Ser Supremo y pese a lo que ha supuesto tu perdida para tu querida Irene, tus hermanos, demás familiares y la infinidad de amigos que aquí dejas, entre los que me encuentro, un profundo sentimiento que no será fácil olvidar, admitamos la decisión del Todopoderoso y te acoja en su Santo Reino para descansar junto a quienes te quiero el ser, tus queridos padres.

No puedes imaginar el trabajo que me ha costado dar vida a estas líneas, mi muy apreciado amigo, para expresar cuanto siento tu inesperada marcha de esta vida, a veces tan ingrata. Pero tenía que hacerlo porque así me lo dictaba mi triste pesar. Descansa en paz, Fernando y ya que estás cerca de Él, ruégale por los que quedamos aquí. Un abrazo.

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