Acusado un joven tras ser detenido en Feria con hachís, trankimazín y kifi

Un joven ha sido acusado por cometer un presunto delito contra la salud pública, tras ser intervenido por dos agentes de la Policía Nacional con supuestamente dos pastillas de trankimazín, un cigarro de kifi y cinco tabletas de hachís envueltas en plástico supuestamente para su venta. Y es que el acusado y su defensa aseguran que estos 11 gramos de drogas eran para consumo propio junto a tres amigos más, con los que señala encontrarse en el momento de la detención. Fue en septiembre de 2014 en plena fiestas patronales en el recinto ferial cuando, según los agentes que testificaron durante la vista, abordaron una supuesta venta de drogas. Éste señaló que ambos jóvenes se encontraban apartados del bullicio detrás de los puestos de la feria, cuando se acercaron a ambos y uno de ellos huyó a paso rápido del lugar, mientras al otro se le localizó dos pastillas de trankimazín en los zapatos, y en el dobladillo del pantalón cinco placas de hachís envueltas en plástico.

También localizaron diversos billetes de cinco euros, así como dos de 50, una cuestión que junto al "miedo" que le percibieron al joven, de la que concluyen que se trataba de una venta de drogas. Sin embargo, el acusado a preguntas de la defensa aseguró que dichas drogas eran para consumo propio ya que es consumidor habitual e incluso ha estado sometido a rehabilitación en Proyecto Hombre. Además, atribuye el dinero que portaba en aquel momento a la pensión de orfandad que recibe el acusado.

La fiscal tras la celebración de la vista considera acreditado que se trataba de un delito contra la salud pública, dado el lugar donde se encontraban, la forma de portar las drogas y la pluralidad de los estupefacientes que encontraron los agentes. Por ello solicita un año de prisión para el joven.

La defensa, sin embargo, solicita la absolución del joven dado que la cantidad de estupefacientes que portaba no superaba la cantidad de autoconsumo propio que marca la norma que son 40 gramos. Además, asegura que no hay suficientes pruebas dado que el supuesto amigo con el que se encontraba ni tan s quiera fue interrogado por los agentes por lo que opina que el caso está "huérfano de pruebas" como para comprobar que realmente eran para la venta.

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