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A quien palabras pinta

En tiempos en que se habla de Ejército por aquello de la carrera, es necesario también leer un cuadro o ver pinceladas en un libro. El pintor Augusto Ferrer-Dalmau ha ingresado en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría como académico correspondiente en Madrid. Al autodidacta a quien su amigo Pérez Reverte define como pintor de batallas, … …es capaz desde “la función social que debe tener el artista contribuir en la medida de mis posibilidades a la recuperación de la conciencia española, de la conciencia de nuestra historia y nuestro lugar en el mundo. Esta es la batalla que quiero pintar y que debo pintar”. Así rinde homenaje a quienes hicieron la mayor gesta de la historia del mundo, el descubrimiento de América o reflejar los sacrificios de los Tercios de Flandes. Como el mismo subrayó en su discurso de ingreso: “Recordemos los hechos heroicos porque nuestro sistema educativo parece haberlos olvidado o escondido; y divulguémoslos para que todos, especialmente nuestros jóvenes, se sientan orgullosos de las gestas de sus antepasados, de nuestros compatriotas de todos los tiempos”. Augusto que nació en Barcelona en 1.964 quiere contribuir “en la medida de mis posibilidades a la recuperación de la conciencia española”, en un momento en el que los nacionalismos como el catalán están provocando “el desconocimiento de la historia de España y la interiorización de complejos falsos y absurdos”. Sí de estos que nos llevan a admirar lo ajeno y tirar literalmente lo que aquí se hace, además de sembrar y difundir una leyenda negra, como si solo nuestra nación hubiese pecado y el resto fuesen santos sin tacha, errores, o excesos. Ferrer-Dalmau se compromete con su obra, buscando la belleza en la pintura en sí misma y con su amor y admiración por España, por su historia y por los héroes que dieron todo por ella. El origen de este pintor realista lo encontramos en la burguesía catalana y desde ahí asiste a diario como “el nacionalismo catalán ha construido un relato histórico tergiversando y pervirtiendo acontecimientos o inventándolos para crear un nuevo referente nacional e identitario contrapuesto, inmoralmente, al resto de los ciudadanos de nuestro país”. Como destacó en sus palabras Ferrer-Dalmau los decenios de mayor progreso económico y social son también los de la aceleración de la descomposición de España. Algo de lo que no solo son responsables los que miran su ombligo de aldea sino también los que desde el radicalismo actúan, como Don Tancredo se sitúa en el ruedo ibérico o practican la corrupción como única forma de estar en el poder. Sitúese querido lector o lectora delante del cuadro de la carga del Regimiento Alcántara… escuche los cascos y el relincho de los caballos, envuélvase en el polvo que a su paso dejan, noten el sudor o el esfuerzo, hasta la gloria, de un puñado de héroes bajo el duro sol africano.